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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La política como -espectáculo

Objetivo mortal es una historia de política-ficción basada en ese tipo de literatura semidocumental y semifantástica que cultivan, bajo una fórmula acreditada, los fabricantes de best sellers. Los elementos de actualidad se entremezclan con viejos esquemas de suspense, la realidad con la ficción. El punto de vista desde el que se observan las más increíbles peripecias es el del sentido común, ese a priori por el que todos los políticos son iguales, los árabes unos fanáticos y detrás de cada asesinato hay un agente de la CIA.Que Richard Brooks sea el director de Objetivo mortal es una prueba de cómo ha cambiado el cine, la industria y su comercialización, en los últimos veinticinco años. La propia película es algo muy parecido a los actos terroristas de los que habla. El filme es una operación puntual, sólo posible si va acompañada de un gran despliegue publicitario, una razzia destinada a mantener el control del mercado.

Objetivo mortal

Director y guionista: Richard Brooks Intérpretes: Sean Connery, John Saxon, Katherine Ross, Henry Silva, Hardy Kruger, George Grizzard, Robert Conrad. Local de estreno: Lope de Vega.

Hace veinticinco años, Brooks llevaba á Tennessee Williams a las pantallas con La gata sobre el tejado de zinc, experiencia que repetiría poco después con Dulce pájaro de juventud. En 1.957 se atrevió a rodar Sangre sobre la tierra, tomando partido a favor de la liberación de Kenia y el Mau Mau, y a finales de los años sesenta aún daba muestras de mantener bien despierto su espíritu crítico y la dimensión intelectual y ética de su cine al dirigir A sangre fría o The happy ending.

Posteriormente, sus películas han ido perdiendo interés, hasta llegar a este extraño Objetivo mortal en el que todo el entramado gira alrededor del petróleo y la amenaza, a cargo de una suerte de Gadafi emparentado con la OLP y Jomeini -los best sellers fabrican extraños híbridos-, de hacer explosionar dos bombas atómicas en Nueva York.

Basta con ver cómo se resuelve la búsqueda y hallazgo de las bombas para comprender hasta qué punto Brooks es un cineasta que se adapta mal al tebeo cinematográfico que le ha tocado dirigir.

Mentira y verdad

Otro aspecto central del filme es la crítica, tan cínica como superficial, que se hace de los medios de comunicación. Se nos dice qué todo, desde un bombardeo a un discurso, desde un atentado terrorista hasta una investigación policial, se hace en función de la repercusión televisiva que se piensa obtener del acto. Al margen de la exageración que hay en ello, el planteamiento obvia el problema del control de dichos medios.Todo es susceptible de interpretación y justificación, pero sólo algunos se libran de la condena radical.

En definitiva, Objetivo mortal es, sin duda, uno de los filmes más extraños y exóticos de entre todos los que este año van a estrenarse, una mezcolanza de trivialidad y trascendencia, tontería o inteligencia, oportunismo y discurso personal, mentira y verdad.

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