El Ayuntamiento de Eibar se querellará contra un policía por malos tratos

El ayuntamiento de la localidad guipuzcoana de Eibar interpondrá una querella criminal contra el inspector de policía Héctor Aragón Moya por considerarlo responsable de las vejaciones y malos tratos de que al parecer fueron objeto dos jóvenes de esta ciudad, Juan Víctor Muruguzur Hernández y Anselmo Barandio Carretero, que permanecieron detenidos durante los días diez, once y doce de enero en la comisaría local.El Gobierno civil de Guipúzcoa ha suspendido de empleo y sueldo a ese funcionario policial a la espera de la decisión que adopte el juzgado de instrucción de Vergara, donde ha sido presentada la denuncia. El acuerdo de la corporación municipal ha sido adoptado con los votos a favor de los concejales del Partido Nacionalista Vasco, de Euskadiko Ezkerra y de Herri Batasuna y la abstencion de los representantes socialistas del PSE-PSOE.

Según la denuncia, los presuntos malos tratos, que se concretan en bofetadas, insultos y tirones de pelo, fueron llevados a cabo por el inspector de policía Héctor Aragón, quien habría amenazado a uno de detenidos con golpearle nuevamente si no identificaba a los integrantes de un supuesto comando de ETA Militar que opera en la zona. Algunas de las fotografias mostradas a los detenidos corresponden a concejales del PNV y HB de Eibar.

El alcalde nacionalista de la ciudad guipuzcoana, Mikel Larrañaga, se ha mostrado convencido de la veracidad de la denuncia en unas declaraciones públicas en las que afirma que la detención de los dos vecinos fue fruto de la arbitrariedad.

La corporación eibarresa aprobó ya a mediados del mes de enero un acuerdo por el que se exigía la apertura de una investigación y la expulsión del titular de la comisaría de policía de la localidades. Las primeras investigaciones oficiales han confirmado, al parecer, las acusaciones contenidas en la denuncia, según han informado a este periódico fuentes del Gobierno civil.

Las detenciones tuvieron lugar en la madrugada del pasado día diez, en la discoteca Daisly cuando Anselmo Barandio Carretero se negó a facilitar su documentación a varios policías que se habían sentido insultados por este y su acompañante.