La ganadería extensiva y la siembra de cultivos sociales, producciones más afectadas por la sequía

La falta de lluvias ha ocasionado la escasez de pastos naturales utilizados para la alimentación de la ganadería extensiva. En caso de prolongarse esta situación podrían dejarse de sembrar cultivos de carácter social, que necesitan mucha agua y que generan abundante mano de obra, con el consiguiente incremento del paro. Según representantes del Ministerio de Agricultura, la situación actual es mejor que la registrada en las mismas fechas de años anteriores, mientras que para las organizaciones agrarias "la situación empieza a ser alarmante", por lo que han solicitado la convocatoria urgente de la Mesa Nacional de la Sequía.

Tras una buena otoñada, con abundancia de pastos en todas las regiones españolas, el invierno se ha presentado con una ausencia total de los mismos en amplias zonas de Andalucía, Extremadura, la cuenca del Duero y La Mancha. Los criadores de ganado extensivo, que pasta habitualmente en el campo, han tenido que recurrir a los cereales pienso, que se cotizan a precios elevados por la escasa cosecha de cereales del año pasado, para alimentar a sus reses. En repetidas ocasiones han solicitado que el Servicio Nacional de Productos Agrarios (SENPA) pusiera a su disposición pienso barato. Para paliar en lo posible esta situación el SENPA va a vender 475.000 toneladas de trigo, aunque su precio ha sido considerado por los ganaderos elevado. Mientras tanto en algunas zonas de Extremadura se han presentado ya problemas de abastecimiento de agua para el ganado.El problema más alarmante en agricultura es la escasez de recursos hidráulicos en las cuencas del Guadiana, Entrepeñas-Buendía y del Guadalquivir. Ello puede ocasionar que no se siembren cultivos que generan gran mano de obra en su recolección, como el algodón y el arroz, pero que necesitan gran cantidad de agua, con el consiguiente incrementeo del paro agrario. Estos cultivos serán sustituidos por la cebada y el girasol, que necesitan muy poca agua. Mientras tanto, la cosecha de cereales no está muy afectada por la sequía todavía debido a las lluvias del otoño, aunque la falta de precipitaciones y las heladas están acá bando con la humedad del suelo. En caso de que no llueva antes de primeros de marzo la situación se haría irreversible.

Préstamos subvencionados

Las regiones más afectadas por la sequía y las heladas durante los dos últimos años fueron las dos Castillas, Extremadura y Aragón, donde predominan las explotaciones familiares con pocos recursos. Los daños globales por sequía y heladas durante 1981 ascendieron a 108.000 millones de pesetas. De esta cifra, 81.000 millones correspondieron a los cultivos de secano, sindo los más afectados los cítricos, la uva de mesa, los cereales, las leguminosas grano, el girasol y la uva para vinificación. Los otros 27.000 millones son las pérdidas en los recursos pastables para la ganadería extensiva producidos en el Duero, centro, Extremadura, Andalucía occidental, Ebro, Andalucía oriental y Levante.Durante el pasado año el valor de las pérdidas ascendió, según los datos facilitados por Mariano Maraver, subdirector general de Coordinación del Ministerio de Agricultura, a 94.000 millones de pesetas, de los que 82.000 correspondieron a los cultivos de secano, y 12.000, a la ganadería.

Para paliar en lo posible estos daños, aunque sólo eran auxiliables aquellas explotaciones con más del 50% de daños, se concedieron durante 1981 préstamos subvencionados por un total de 43.000 millones de pesetas, habiéndose autorizado 152.000 ayudas. En 1982 el valor de los préstamos otorgados fue de 35.000 millones de pesetas a través de 132.000 concesiones. Todas las ayudas, salvo los últimos 20.000 millones que no tenían interés, consistieron en préstamos con un interés del 7%. El costo real para la Administración de estas ayudas en concepto de subvención de intereses es de 20.000 millones de pesetas.