La CEE espera que la 'cumbre' de países mediterráneos aborde temas concretos
La iniciativa francesa de una conferencia de países del Mediterráneo occidental de cara a la entrada en la Comunidad Económica Europea (CEE) de España y Portugal sólo será positiva si aborda temas concretos y no introduce grandes discursos sobre el diálogo Norte-Sur, se estimaba ayer en medios próximos a la Comisión Europea, órgano ejecutivo y burocrático de la CEE. De otro modo, declaró una fuente próxima a este organismo, sería una estafa. Mientras tanto, Tunicia informó ayer que está dispuesta a participar en dicha cumbre.
La propuesta de este simposio o conferencia, que incluiría a España, Portugal, Marruecos, Tunicia y Argelia, vino, el sábado, de boca del presidente francés, François Mitterrand, de visita oficial en Marruecos. De hecho, el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la CEE aprobó el 21 de enero, a iniciativa francesa, un texto en que se pedían conversaciones paralelas a las negociaciones de adhesión de España y Portugal con los países de la cuenca del Mediterráneo. De este modo, antes de la ampliación de la CEE el Consejo de Ministros llegaría a tener "una visión de conjunto sobre los problemas y las medidas que se pudieran contemplar" para resolverlos. La Comisión Europea no se sintió muy satisfecha con este texto, que podría convertirse en una mina, que podía o no ser activada, según estimó una fuente comunitaria.En cualquier caso, aún no estaba estructurada la forma concreta de estas conversaciones paralelas, en las que el papel de la Comisión sería someter propuestas concretas al Consejo de Ministros, que es, en cualquier caso, el que tiene el poder de negociación. En este sentido, Francia se ha adelantado tanto a la Comisión como a otros países. Lorenzo Natali, comisario de la CEE encargado de las cuestiones mediterráneas y de la ampliación, ha mantenido ya contactos de cara al ingreso de España y Portugal en la Comunidad con Marruecos, Israel y Tunicia, y próximamente viajará a Egipto. En medios próximos a la Comisión no se desestimaban los posibles efectos positivos de la conferencia propugnada por Mitterrand, siempre y cuando se concentrara en temas concretos y no se convirtiera en una estafa, que revelara intereses neocolonialistas por parte de algunos Estados de la CEE. "Los simposios están muy bien, pero, ¿qué queda de ellos una vez acabados?", señaló esta fuente.
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