La banca y los particulares acudieron en masa a la subasta de pagarés

La primera subasta de pagarés del Tesoro, o deuda pública a corto plazo, ha resultado un éxito para las autoridades económicas, que confían en que este nuevo instrumento financiero se consolide durante 1983 como el principal de los que maneja la Administración. Al tiempo, ha hecho fallar todas las previsiones que al respecto se había hecho la banca privada. En el día de ayer se adjudicaron 57.981 millones de. pesetas en pagarés, cuando en la última subasta del año pasado la cifra total apenas superó los 20.000 millones.

Las peticiones de la banca privada y de los particulares alcanzaron la suma de 63.977 millones de pesetas, de los que se rechazaron cerca de 6.000 millones. La banca, principalmente los siete grandes y algunos medianos, habían llegado al acuerdo de ofertar dinero hasta una cifra algo superior a los 20.000 millones de pesetas, según reconoció un alto responsable de uno de los siete, y se ha visto sorprendida por el importante volumen de contratación realizado. Ello exige, según este ejecutivo, que habrá que replantearse la actuación para las próximas subastas ya que el objetivo básico que se persigue es que el tipo de interés de estos pagarés baje hasta situarse dentro de la banda recogida en el pacto entre caballeros que, sobre limitación del coste del pasivo a un año, acordó la banca privada. Y para ello se necesita que buena parte de los pagarés sean comprados por la banca y no por particulares.Fuentes oficiales señalaban que era la demostración de que la política seguida desde hace algo menos de un año empezaba a dar sus frutos y que el sector público ha logrado entrar directamente en competencia por el ahorro particular con la banca privada. Para ello, precisaron que, a pesar de que la banca había acudido a la subasta, más de 30.000 millones de pesetas de los adjudicados ayer corresponden a peticiones de particulares y, sobre todo, que se habían recibido peticiones de compra en 42 sucursales del Banco de España, lo que transforma el origen de los fondos que hasta ahora se habían conseguido.

A pesar de que la banca privada acudió a la subasta de forma unitaria, cónfirmando de esta forma la existencia de conversaciones entre ellos para presionar a la baja los tipos de interés a que se vendan los pagarés, se ha echado en falta la presencia de las cajas de ahorro que apenas si han comprado estos títulos. En medios oficiales se señala que en los próximos meses se empezará a notar también una presencia de estas instituciones. Las posibilidades de crecimiento del mercado de pagarés durante 1983 no pueden cuantificarse, toda vez que -si bien tienen un techo fijado en la emisión de 120.000 millones de pesetas, ajos que hay que sumar 115.000 correspondientes a la renegociación de los actualmente existente- el decreto de prórroga de los Presupuestops Generales del Estado autoriza a que el Gobierno sustituya la financiación del déficit del sector público mediante apelación al Banco de España por emisiones de pagarés sin límite.