Disminuye la esclerodermia por el envenamiento masivo
La asistencia ginecológica para los afectados del síndrome tóxico presenta todavía "serias deficiencias", según opinión de diversas asociaciones de afectados consultadas. La Administración estima que "este servicio se mantiene por reforzar las garantías, pero que no se ha producido ninguna malformación en niños nacidos de madres afectadas". Respecto a otras secuelas, se ha señalado que "disminuyen los casos de lesiones en la piel".Los afectados manifiestan que "los médicos siguen recomendando que la mujer afectada no quede embarazada; pero, pese a la orden oficial que se dio, el DIU no se pone más que a juicio de cada médico, según sea de progresista, y donde lo ponen, tarda cinco meses en tocar el turno".
Respecto a las orientaciones sobre educación sanitario-sexual, dicen que los "cursos y charlas a matrimonios y parejas de afectados se dejaron de dar hace mucho tiempo, no se informa de las consecuencias del síndrome en el feto ni dan facilidades para que una mujer se haga el ligamento de trompas". "Ni hacen", continúan, "ni dejan hacer: ha habido maridos de mujeres afectadas que se han ofrecido para que se les practique la vasectomía, dadas las dificultades para tratar adecuadamente a sus mujeres, pero la Administración se niega a costear esa operación".
Seis servicios de planificación familiar en Madrid
Planteados estos temas ante expertos del Plan Nacional del Síndrome Tóxico, se informa al respecto que "existen en Madrid seis servicios de planificación familiar, y sólo en uno de ellos, el de la residencia 12 de Octubre, hay listas de espera". Añaden estas fuentes que "hay una resistencia de los afectados a trasladarse a otros centros para este tipo de consulta o asistencia".
La evolución de la enfermedad, no sólo en el orden ginecológico y genético, y el grado de gravedad de sus secuelas preocupan gravemente a los afectados. Marcelino Ganga, presidente de la federación de asociaciones de Madrid, se refiere de forma especial a la esclerodermia, que podría derivar en esclerosis general, de proceso mortal.
Fuentes solventes de la comisión clínica para el seguimiento y atención del síndrome han manifestado que "no hay de momento razones para el alarmismo por esta causa, sino más bien al contrario, pues no se trata de una esclerodermia, sino de un proceso similar, cuyo curso no es equiparable, pues éste tiende a la curación". En concreto, añaden que "ha habido muchos casos de esta lesión en la piel, pero la verdad es que ya se advierte una disminución progresiva".
Antonio Corralero, asesor médico de la citada federación, señala que la falta de una clara información ha hecho crecer el miedo y las alteraciones psicológicas.
"Hay otras secuelas", añade, "como hepatitis, pérdida de calcio y fracturas óseas espontáneas; pérdida de visión, oído, molares, etcétera, de las que tampoco se sabe el grado de irreversibilidad". Asimismo, el fallecimiento de doce afectados del síndrome, previamente enfermos de cáncer, ha abierto una duda sobre la posible relación de incidencia entre una y otra enfermedad.
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