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Los sectores conservadores presionaron para que Reagan cesara a Eugene Rostow

El relevo de Eugene Rostow por Kenneth Adelman al frente de la Agencia para el Control de Armas y el Desarme parece ser la consecuencia de una ofensiva de los sectores parlamentarios más conservadores e intransigentes en el diálogo con la URSS. Al anunciar la dimisión de Rostow y de otros hombres importantes en las conversaciones sobre desarme, el presidente Ronald Reagan anticipó la mayor participación, a partir de ahora, del secretario de Estado, George Shultz, en el tema del armamento. Por otra el, el secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuellar, ofreció la sede de la ONU como escenario para un eventual encuentro entre Reagan y el máximo dirigente soviético, Yuri Andropov.

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Adelman, de 36 años de edad, sustituye al veterano Rostow, de 69 años, en la compleja tarea de defender las posiciones de la Administración de Ronald Reagan en los tres frentes de las actuales negociaciones sobre armamento entre el Este y el Oeste: armas estratégicas, euromisíles y armamento convencional en Centroeuropa.Al anunciar los cambios en la Casa Blanca, el presidente recordó las posturas de Estados Unidos en las negociaciones Start, sobre armas estratégicas nucleares, en las que Washington propone desactivar "la mitad de los misiles intercontinentales y un tercio de las cabezas nucleares", dijo Reagan.

En materia de euromisiles -principal asunto de tensión entre Estados Unidos y sus aliados de Europa occidental- Reagan repitió los valores de la denominada "opción cero", que equivale a la eliminación de todos los misiles soviéticos de alcance medio del modelo SS-20, a cambio de que los países de la OTAN no instalen el próximo otoño 572 misiles de los tipos Pershing 2 y Cruise. Por último, en armas convencionales, Reagan dijo haber propuesto a la URSS una reducción mutua y equilibrada de fuerzas.

"Ha habido acuerdo completo entre el presidente y sus consejeros para realizar tales cambios", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Larry Speakes. En el Departamento de Estado confirmaron que "no habrá cambios mayores" en la línea negociadora con la URSS, aunque sí "una mejor coordinación".

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