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Toma de posesión de los delegados del Gobierno en el País Vasco, Cataluña y Andalucía

El Gobierno se esforzará por fomentar la colaboración con la Generalitat, afirma Alfonso Guerra

En un clima de gran expectación política, el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, presidió ayer en Barcelona, por delegación expresa de Felipe González, el acto de toma de posesión de Francesc Martí como delegado gubernamental en Cataluña. Guerra dijo que la presencia del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en el acto era el "símbolo" que evidenciaba que las relaciones entre el Gobierno del Estado y el de la Generalitat debían estar presididas por el mutuo respeto y colaboración entre las instituciones. El representante del Gobierno del Estado aseguró que "no sólo no provocaremos crispaciones entre las instituciones de la Generalitat y el Gobierno de España, sino que nos esforzaremos por evitar malentendidos y fomentar la colaboración". Francesc Martí, por su parte, recordó sus raíces catalanas y negó el carácter de "comisario político" al cargo que asumía.

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En un discurso, calificado por el presidente Pujol de "muy amable", el vicepresidente del Gobierno recordó que la Constitución y el Estatuto de Cataluña establecían cuáles eran los cauces para el ejercicio de la autonomía y de la solidaridad entre los pueblos, en el camino de "recuperar este protagonismo histórico nacional hacia donde deben dirigirse los esfuerzos de catalanes y no catalanes".El nombramiento de Francesc Martí como delegado del Gobier no en Cataluña permite, según Guerra, "hallar el punto de encuentro entre lo catalán y lo español". El vicepresidente del Gobierno dijo que esperaba que el nuevo delegado facilitase la necesaria colaboración entre las instituciones autonómicas y las del Estado, por lo que agregó: "Confiamos tanto en el presidente de la Generalitat como en el delegado del Gobierno".

"Recuperar la alegría"

En lo que se interpretó como una réplica indirecta al pesimismo con el que el presidente Pujol ha abordado en los últimos tiempos la situación autonómica, Guerra dijo que Cataluña "debe recuperar su alegría en un proyecto común" y que el Gobierno central iba a asumir los problemas catalanes "como nuestros". Citó aquí el tema de las recientes inundaciones y aseguró que se haría una "valoración justa" de los daños y existiría una "colaboración solidaria".

"Queremos ser tan catalanes como vosotros sois españoles", afirmó finalmente Guerra, en una frase que resume el sentido de su intervención.

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El nuevo delegado gubernamental, Francesc Martí inició su intervención en castellano para concluirla en catalán. "Soy consciente", afirmó, "de que una de las dificultades que en el más inmediato futuro voy a encontrar reside precisamente en la propia imagen y perfil del cargo, y no me refiero naturalemnte a lo que disponen los textos legales, sino a la imagen y al concepto del cargo que tienen la mayoría de ciudadanos".

En este aspecto, Martí se refirió a la polémica competencia que asumía en el terreno jurídico al tener que informar al Gobierno y promover acciones sobre los desajustes jurídicos que se puedan producir en la legislación de la comunidad autonómica. "Espero y confío", advirtió, "que esta circunstancia se convierta en excepcional, porque, uniéndonos todos en el objetivo de la consolidación del sistema autonómico, las diferencias de apreciación pueden superarse por un diálogo fluido y sincero".

Tras insistir en que "el delegado del Gobierno no es un comisario político, sino un nexo de colaboración y coordinación", Martí agregó, utilizando ya la lengua catalana, que como "catalán enraizado en Cataluña" ha entendido siempre que la "la lucha por una España democrática formaba y forma parte del mismo planteamiento de lucha por las libertades de Cataluña". Definió esta postura como una actitud ética.

El nuevo delegado se refirió finalmente a la actitud de los catalanes de "aguantar solos y de resolver los problemas exclusivamente con nuestros medios y nuestro trabajo", pero dijo que esta comunidad precisaba también de la solidaridad y que estaba convencido de que, como en el caso de las recientes inundaciones, la recibiría del resto de España.

Al acto asistieron los dirigentes de las distintas fuerzas políticas catalanas, el capitán general de la IV Región Militar, teniente general José Antonio Sáenz de Santa María, los cuatro gobernadores civiles y los presidentes de Diputación. En lugar destacado se encontraba el ex presidente de la Generalitat Josep Tarradellas.

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