La presentación de los últimos títulos de Alfaguara, despedida privada a Jaime Salinas
La presentación de los últimos tres títulos de Alfaguara, Primavera con una esquina rota, de Mario Benedetti, y las reediciones de El gran momento de Mary Tribune, de Juan García Hortelano, y El río que nos lleva, de José Luis Sampedro, se convirtió ayer en Madrid en la despedida del hasta entonces director de publicaciones de la editorial, que deja el puesto para hacerse cargo de la Dirección General del Libro. En un ambiente cordial, y amistoso, Salinas se despedía de la Prensa cultural "por un tiempo que espero breve".
Simbólicamente, Jaime Salinas se sentó ayer en el palito de la T de la mesa y no entre la presidencia de la misma, una manera de hacer patente ya su salida de Alfaguara, la editorial que ha dirigido hasta su nombramiento como director general del Libro. Nombramiento que ha sido calurosamente recibido en el mundo cultural, donde Salinas es algo más que un editor: es el editor de gusto, pero también el hombre extremadamente culto, sensible, imaginativo y fértil contertulio, siempre en las iniciativas más interesantes a lo largo de la historia cultural de los últimos años. Eso al menos pensaban y decían, cada uno a su manera, los tres autores sentados en el banquillo de las preguntas, Mario Benedetti, que hacía pública su última novela, y José Luis Sampedro y Juan García Hortelano.Fue seguramente el almuerzo más informal de los que ha celebrado la editorial, por una parte por el carácter de los presentados -el conocido sentido del humor de los españoles y la sencillez y el talante lírico del uruguayo- y por otra, por la cercanía del nombramiento y la curiosidad respecto a su política, que una discreción rayana en el pudor daba pie a las bromas y dejaba los rumores sin confirmar. Por ejemplo, quedó en el aire si Félix de Azúa se hará cargo de la dirección de Editora Nacional, mientras Rafael Martínez Alés lo haría del Instituto Nacional del Libro Español, y estaba también en veremos el paso de Juby Bustamante, actualmente Jefa de Cultura de Diario 16, al puesto de confianza en el gabinete de Prensa del ministerio.
Moderada esperanza
En cuanto a Mario Benedetti, calificó su novela, de la que ya habló en una reciente entrevista con este periódico, como "un libro de exilio", esa característica casi consustancial a su país natal, Uruguay, que tiene "un porcentaje escandaloso de su población en el exilio", "por lo que se puede hablar de los dos Uruguay, o mejor, de los dos Montevideo: el de dentro y el de fuera. Y de los dos trato de hablar yo".Sobre la situación de su país, expresó Mario Benedetti "una moderada esperanza" de cambio de la situación. "La dictadura", dijo, "tiene lo que yo llamo complejo de urnas, y se obstina en hacer consultas. Ha hecho tres y las tres, sobre todo la última, han sido estrepitosos fracasos". "No, no puedo volver a mi país, aunque ya han permitido mis tres primeros libros, que ya es algo. Ni siquiera creo que pudiera volver con la primera tanda. No me quieren mucho".
Hortelano habló poco de El gran momento..., una novela que a algunos nos sigue gustando mucho. Dijo que había sido un sufrimiento "corregir las pruebas de un libro publicado hace diez años y que fue empezado a escribir varios antes: un sufrimiento que debería estar prohibido por ley", y que no había tocado nada, "ni siquiera cierta metedura de pata sobre las ojivas de una catedral románica". En ésto no coincidía con Sampedro, que sí cortó aquel capítulo final, en primera persona, concesión entonces necesaria, pero que, "según Ramón Carande, convertía la epopeya en etopeya". "A mi, aunque suene impúdico, mi libro me ha gustado mucho", aseguró el autor de El río que nos lleva.
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