Los jueces italianos afirman tener pruebas contra el búlgaro implicado en el atentado contra el Papa
La magistratura italiana ha respondido severamente a la nota de la Embajada búlgara en Roma, que reaccionó duramente a la detención del ciudadano búlgaro Sergey Ivanov Antonov, acusado de participación activa en el atentado al Papa en la plaza de San Pedro el 13 de mayo pasado.
Los diplomáticos de la Embajada búlgara han calificado el hecho de absurdo y risible, y han defendido incondicionalmente al subdirector de la compañía aérea de su país. Pero los jueces romanos afirman que 'tienen pruebas fehacientes", añadiendo que saltarán pronto otros nombres".Al mismo tiempo, el magistrado que lleva la investigación sobre el atentado al Papa ha puesto en guardia a la Prensa, que había interpretado la detención de Ivanov como la prueba de un compló internacional. Si esto quiere decir, afirma el magistrado Ilario Martella, que se ha tratado de un compló llevado a cabo por "organismos internacionales", lo menos que se puede decir es que "en el estado actual de las investigaciones, esta hipótesis se presenta sin algún fundamento".
La tesis de los jueces italianos es, por ahora, que el turco Alí Agea no actuó solo, y que en el atentado intervinieron otras personas, entre ellas el búlgaro encarcelado en Roma. Lo que sí se les ha escapado a los jueces es que puede haber aún sorpresas gordas, hasta el punto de que hablan de un desenlace inimaginable de todo este asunto.
Agca, 'arrepentido'
Aunque no ha sido aún confirmada, ayer corrió la noticia en Roma de que Alí Agca, el autor material del atentado contra el Papa, es ya un arrepentido, que ha empezado a confesar, y que está colaborando con los investigadores en la tarea de desvelar el oscuro atentado del 13 de mayo de 1981 contra Juan Pablo II. Si esto fuera verdad, entonces sí que quizá los jueces podrían estar detrás de alguna pista realmente inesperada, ya que Agca podría saber, por lo menos, mucho más de lo que piensan quienes lo consideraron un simple exaltado y maniaco, un psicópata en busca de publicidad para afianzar su débil personalidad.Sin embargo, a nivel político, en Italia se sigue pensando en la posibilidad de una implicación de los servicios secretos del Este en el atentado contra el Papa, que tuvo lugar en un momento muy particular para la Iglesia polaca. Ayer mismo, Avanti, órgano del partido socialista, escribió sobre este tema: "Todo hace pensar en los servicios secretos del Este", y añade que es en los países de esa zona donde puede haber interés "en crear problemas a los países occidentales y en liberarse de un Papa de nacionalidad incómoda".
Por su parte, el diario II Manifesto formuló ayer la hipótesis de que Antonov podría ser en realidad sólo una pieza de un juego más importante, y decía que podría estar implicado en el asunto nada menos que un consejero de la Embajada de Bulgaria en Roma que fue expulsado por orden de las autoridades italianas el verano pasado. Y daba incluso el nombre: Pefkoft.
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