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Andropov critica los fallos de la economía soviética y anuncia cambios

El máximo dirigente soviético, Yuri Andropov, ha efectuado una severísima crítica contra los fallos económicos de la URSS. Hablando ante el Comité Central, el sucesor de Breznév al frente de la jefatura del partido comunista ha dicho que los objetivos del plan quinquenal en curso no se han cumplido en gran parte y ha exigido responsabilidades directas a varios ministerios y organismos económicos. En Moscú se detectaba ayer el impacto popular de este mensaje en el que, en síntesis, se anuncian rigor y reformas.

El Soviet Supremo, que término ayer su primera jornada de trabajo sin elegir al nuevo jefe del Estado de la URSS, fue informado de que la Unión Soviética destinará el año entrante a gastos militares la misma cifra que en 1982, diecisiete mil millones de rublos, el 4'8 % del presupuesto.Veinticuatro horas antes, el presidente Reagan anunciaba el despliegue a partir de 1986 de cien misiles intercontinentales MX en el Estado norteamericano de Wyoming, con los que Washington espera "disuadir" a Moscú de cualquier agresión atómica durante los próximos 20 años. La agencia Tass ha reaccionado ante la medida de la Casa Blanca, que costará veintiséis mil millones de dólares, calificándola de "nuevo y peligroso paso en la carrera armamentista".

Yuri Andropov dijo el lunes ante el Comité Central que la congelación de los arsenales nucleares era una condición previa para favorecer el futuro de las conversaciones sobre desarme.

El viraje que parece estar gestándose en la economía soviética fue anticipado ayer por el presidente del Gosplan -el máximo organismo encargado de la planificación-, Nikolai Balbakov, quien afirmó ante el Soviet Supremo que "casi la totalidad del crecimiento de los ingresos nacionales será dedicados en 1983 al desarrollo del consumo". Andropov había precisado en su mensaje que "hay que ampliar no sólo la cantidad, sino la calidad" de los artículos de mayor consumo y que "esta cuestión no puede estar debatiéndose permanentemente en las supremas instancias del Gosplan".

El número uno soviético criticó ante el Comité Central la inercia, la burocracia y la ineptitud que a veces presiden la administración y gestión de la economía de su país y se mostró decidido partidario de los estímulos al trabajo y las recompensas económicas para quienes lo hagan mejor.

Páginas 2 y 3

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