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El canciller Kohl, a Estados Unidos

El canciller federal alemán, el democristiano Helmut Kohl, inicia hoy una visita de tres días a Estados Unidos, donde tratará de poner de manifiesto el alineamiento claro de su país al lado de Washington y evitar, al mismo tiempo, repercusiones negativas de esta toma de postura cara a las elecciones federales del 6 de marzo.Las fuentes gubernamentales hablan en Bonn de "afirmar la continuidad de la política alemana" y asegurar a Estados Unidos que la nueva coalición de Gobierno en Bonn rechaza cualquier tentación de mantener una equidistancia entre los bloques.

La posición de Kohl no es fácil, porque una declaración amorosa demasiado clara a favor de Ronald Reagan podría ser interpretada como perjudicial a los intereses de la RFA, por la oposición socialdemócrata.

Con motivo de la visita del ministro de Defensa, Manfred Woerner, a Washington, hace una semana, los socialdemócratas ya pusieron el grito en el cielo. El SPD ya acusó no hace mucho a Kohl de ser más bien el representante de los intereses norteamericanos en Bonn que el de los intereses alemanes en Washington.

Las fuentes del Gobierno no excluyen que con la visita de Kohl se aproveche para levantar las sanciones contra las empresas que negocian con la Unión Soviética para la construcción del gasoducto. Esta concesión de Washington le vendría bien a Kohl para demostrar que las posiciones norteamericanas producen resultados concretos.

El diario conservador Frankfurter Allgemeine detallaba ayer la postura que Kohl defenderá ante Reagan sobre el estacionamiento de los nuevos cohetes atómicos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Bonn quiere asegurarse la coordinación del estacionamiento de los nuevos misiles atómicos con Italia y el Reino Unido para evitar que la RFA vaya a jugar el papel de pionero. Bonn no quiere que se inicie el rearme antes de la fecha prevista por la OTAN, en otoño del próximo año, y no acepta que se transporten ya parte de los futuros misiles.

La RFA sólo está dispuesto a estacionar los 108 Pershing-2 acordados, con una cabeza atómica por cada cohete, y no quiere que se estacionen más para una recarga, como parece que pretende Estados Unidos con unas cifras de producción que rebasan lo que está previsto estacionar.

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