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Intelectuales gallegos desagravian la figura del nacionalista Vicente Risco

"A partir de ahora se puede hablar de que Vicente Risco ha sido completamente asumido, aun en sus contradicciones por la cultura gallega". Con estas palabras a modo de balance, Carlos Casares cerró en Pontevedra el seminario sobre Vicente Risco, dirigido por él mismo, con el que la Universidad Menéndez Pelayo dedicó su último curso en esta ciudad. El curso Vicente Risco y su tiempo ha sido el más importante del programa.

Catedráticos, escritores, profesores y académicos gallegos se esforzaron en profundizar en la obra y personalidad de este escritor oren sano, el mayor teórico nacionalista de antes de la guerra, que pasó en pocos años del galleguismo militante a posiciones conservadoras. La figura de Vicente, Risco -a quien se dedicó el Día das Letras Galegas, en su edición del año pasado- es la más controvertida del mundo intelectual gallego del presente siglo. Su vida e ideología han apasionado por igual a biógrafos historiadores y teóricos de la política, sensibilizados por la persona lidad sin par de este maestro oren sano, nacido en 1884, director de la revista Nos, "secretario general espiritual" de la generación intelectual que se forjó en torno a esta publicación y máximo teórico del nacionalismo gallego hasta 1936.Risco y Castelao encarnaron perfectamente las dos disposicíones en que se escindió el Partido Galeguista, del que ambos formaron parte, en febrero de 1936: los partidarios de la integración en el Frente Popular y loá que propugnaban el giro hacia posiciones más derechistas. Risco capitaneó este sector e intentó organizar una Derecha Galeguista, proyecto que resultó truncado por el levantamiento militar. Después de la guerra, Risco se olvidó, salvo raras excepciones, de escribir en gallego. Se encerró y vivió olvidado por sus antiguos compañeros y discípulos sólo pendiente de proseguir su obra sobre la cultura espiritual de Galicia. En 1960, tres años antes de morir, afirmó: "Si tuviera que dirigir de nuevo una revista, su titulo no sería Nos (Nosotros), sino Eu (Yo)".

Individualista hasta la cervical, contrario a toda transfórmacion social y a todo internacionalismo, enemigo de la realidad cotidiana, antigregario por definición, Vicente Risco encarna la figura del intelectual puro que, acaso inconscientemente, se aproxima cada vez más al fascismo clásico.

Durante las doce conferencias de que constó el curso Vicente Risco y su tiempo, diversos especialístas analizaron los aspectos polígrafos de la obra de este intelectual. José Filgueira Valverde, director del Museo de Pontevedra y adjunto en temas culurales al presidente de la Xunta, explicó la colaboración de Risco en el Seminario de Estudios Galegos, institución en la que ingresó en 1924 y en la que desarrolló sus labores de etnógrafo, antropólogo y dibujante.

Ramón Piñeiro analizó la importancia de Risco a través de la revista Nos, el boletín cultural gallego creado por él en Orense en el año 1920. Manuel Rodriguez Alvarez disertó sobre la oposición radical de Risco a las grandes corrientes ideológicas del siglo XX. Las ideas estéticas fueron tocadas por el escritor Basilio Losada. Risco propugnaba el arte social, al que califica de "triste y sin delicia". "El arte social no es el arte del pueblo", decía; "el verdadero y único arte democrático es el folklore". El arte como evasión y como creación de paraísos artificiales es su consigna estética. El académico Torres Queiruga trató sobre la religiosidad angustiada y tenebrista que acompañó a Risco durante toda su vida.

Justo Beramendi no dudó en calificar a Risco como figura principal del nacionalismo gallego en el período 1916-1936. A través de su Teoría del nacionalismo gallego y otros escritos y artículos, el pensador orensano configuró los rasgos objetivos -raza, geografía, lengua, historia, costumbres- que hacían de Galicia una nación, para la que reivindicó la autonomía política en el marco de un Estado federal.

La actividad política de Vicente Risco fue incesante. Participó en las Irmandades da Fala entre 1918 y 1920. Fue consejero supremo de la Irmandade Nacionalista Galega. Fundó el Partido Nacionalista Republicano, y a partir de 1931 en el Partido Galleguista, en el que adoptó posiciones cada vez más conservadoras, hasta su salida, en 1936.

El catedrático Xesús Alonso Montero situó a Risco como continuador de la obra de otros recogedores de textos populares, como Sarmiento y Murguía. En el estudio de la tradición oral en Galicia -cantigas, romances, refranes, cuentos y leyendas-, Risco es el primero que construye una teoría y se hace preguntas reveladoras ante estas manifestaciones literarias.

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