La fotografía creativa se concentró durante una semana en Guadalajara

La segunda edición de la Semana de la Fotografía Española celebrada en Guadalajara entre los días 6 y 12 de este mes, ha supuesto entre otras cosas, la consolidación de esta muestra que nació hace dos años con vocación de bienal, pero sobre todo ha mostrado que la recuperación de la fotografía como arte es un fenómeno que interesa cada vez a mayor número de personas. La Semana de Guadalajara ha ofrecido la posibilidad de encontrarse a muchos de los mejores fotógrafos creativos que han rendido un homenaje al fotógrafo José Ortiz-Echagüe.

La obra de Ortiz de Echagüe es la de un profesional que a lo largo de más de sesenta años mantuvo una meditación constante sobre lo que le centró en sus fotografías: "El interés del asunto, la belleza de la composición, la armonía de sus luces, el modelado de la figura y el movimiento de la escena".En la muestra de Guadalajara ha vuelto a dar, una vez más, prueba de su madurez creadora que, en palabras de Cristina Rodríguez Salmones, "significa no sólo tener algo que decir, sino también cómo decirlo".

Las otras exposiciones se han agrupado en torno al tema monográfico Nocturnos, y han correspondido a Manel Esclusa, Jun Shiraoka, Richard Misrach, Antonio Tabernero, Philipp SchoIz-Ritterman y Gilbert Festenakens. Estas seis muestras han sido coordinadas por la revista especializada Photovision, que en su número, Poética de la noche, reúne portafolios de estos autores.

Revistas como Photovision, especializada en el tema que nos ocupa, o Poesía, revista ilustrada de información poética, deberían hacernos sentir orgullosos de lo nuestro y confirmarnos en la seguridad de lo mucho que podríamos enseñar/mostrar fuera. Para que así sea, tales empresas deben contar siempre con la ayuda de todos y, por descontado, con la de la Administración.

Esclusa, maestro de la fotografía

Manel Esclusa (Vic, Barcelona, 1952) es un auténtico maestro de la fotografia española. Su formación es quizá una de las más sólidas entre los fotógrafos de su generación. En cuanto a la técnica cabe decir que conoce perfectamente las técnicas del laboratorio y es especialista en la ampliación mural. Desde el punto de vista artístico bastaría con seguir la progresión de su obra para darse cuenta del lugar privilegiado que ocupa; ha asistido a workshops de Ansel Adams, Brassaï, Latigue, etcétera.Esta exposición, ya mostrada anteriormente en Barcelona, es de un rigor y belleza notables. Algunas de estas fotografías habían sido copiadas antes en tamaño mural. Hay que decir que el pequeño formato favorece igualmente estas visualizaciones,descendientes directas de la película de Fritz Lang Metrópolis y otros expresionismos, y que el misterio y la belleza sepia de las imágenes no se ven afectados en lo más mínimo al ser reducidas.

En Orbita, 1981 destacan sus círculos de luz, su capacidad de sugestión mediante la luz, su intensidad, todo en relación con las dos siluetas. Puede decirse que es una auténtica pieza maestra.

El título de la muestra de Manel Esclusa es Sil-lepsis. El mismo explica: "Podríamos decir que sil-lepsis es la introducción de un elemento disonante (la silueta) dentro de una construcción visual (el paisaje urbano), cambiando de esta manera el sentido general de la imagen. Las normas son transgredidas en función de la búsqueda de otro sentido, de una manera de mirar".

Jun Shiraoka (Japón, 1944) se recrea en las superfIcies de pizarra que son de una ternura enigmática que nos obliga a buscar intentanto penetrar la casi total oscuridad perfectamente delimitada y movida por matices de diferentes negros y grises plomo intensísimos. Su fuerza es muy poética y sugestiva. Su obra nos cuenta las experiencias del autor.

Dice Shiraoka que se interesó por la fotografía "porque siempre he querido utilizarla como un diario para recopilar mis experiencias".

Richard Misrach (Estados Unidos, 1949). También de él habíamos visto recientemente su obra: en la exposición Mirrors and Windows, del Museo de Arte Moderno de Nueva York, cuando se exhibió en la Fundación March, en Madrid.

Suyas son las fotografías en color de la exposición, aunque también muestra algunas en blanco y negro. De la serie Hawai, de sus cactus, recuerdo y noto la falta de Jaume Blassi, otro de nuestros grandes fotógrafos, autor de fotos maravillosas sobre el mismo tema. En cuanto a la serie Louisiana, admiró la experiencia de Misrach con el flash, que deja blancos resplandecientes los primeros términos (mientras el obturador permanece abierto dispara de quince a veinte veces el flash) y más allá se conserva intacta la noche, su lejanía y belleza, incólume a la desprejuiciada y, repito, admirable agresión a la que fue sometida.

Antonio Tabernero (Madrid, 1952). Sus fotografías pertenecientes al portafolios Nocturnos, como él dice, nos devuelven aquellas imágenes tan vivas en nosotros, pertenecientes a películas como Amarcord: se puede ver en la presente muestra aquella aparición barco luz: el Rex, trasatlántico sueño de Fellini, y otras apariciones: Manhattan o Stardust memories, de Allen.

Las otras dos exposiciones, igualmente interesantes, han sido las de Philippe Sholz-Rittermann (Lima, Perú, 1955) y Gilbert Fastenakens (Bélgica, 1955), que fue la revelación de las recientes jornadas de Arlés (Francia). Son muestras de dos fotógrafos fascinados por las superficies profundas y misteriosas de la noche.