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El ministro italiano del Tesoro pide al papa Juan Pablo II que el Vaticano pague sus deudas al Banco Ambrosiano

El ministro democristiano italiano del Tesoro, Beniamino Andreatta, pidió ayer públicamente al papa Juan Pablo II que obligue a la banca vaticana a devolver las deudas de 1.287 millones de dólares (más de 132.000 millones de pesetas) negociadas con el Banco Ambrosiano, del que era presidente el difunto Roberto Calvi."Solamente Juan Pablo II puede desbloquear la situación que existe entre el Banco Ambrosiano y el Instituto para las Obras de Religión (IOR) ordenando a la banca vaticana,devolver los 1.287 millones de dólares que había obtenido de Roberto Calvi", afirmó el ministro en la Cámara de Diputados.

"Las autoridades italianas no pueden hacer más de lo que han hecho", añadió el ministro, que precisó que el IOR está sometido a los poderes de la Santa Sede, y es esta última, así como el papa Juan Pablo II, quienes únicamente pueden intervenir".

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La justicia italiana abrió, a comienzos del verano, una investigación judicial sobre el presidente del IOR, el arzobispo norteamericano Paul Marcinkus, y dos de sus colaboradores. Pero las citaciones dirigidas a estas tres personas fueron devueltas por el Vaticano, que hizo así valer que en sus relaciones con las personalidades de la Santa Sede, las autoridades italianas deben utilizar la vía diplomática.

Las palabras de ayer del ministro del Tesoro ante el Parlamento parecen indicar que este procedimiento, si ha sido utilizado, tampoco ha dado resultado, subrayan los observadores.

Las dificultades financieras del Banco Ambrosiano, que provocaron la quiebra de la institución financiera el pasado mes de septiembre, estuvieron causadas principalmente por las enormes deudas -alrededor de 1.400 millones de dólares (más de 160.000 millones de pesetas) de la filial luxemburguesa del grupo Ambrosiano. El grueso de esta deuda es imputable al IOR, según el ministro italiano del Tesoro.

Las responsabilidades de la banca vaticana en la quiebra del Ambrosiano ya fueron puestas de manifiesto tras la muerte de Roberto Calvi, presidente del banco, que apareció colgado en un puente de Londres el pasado 19 de junio.

Parece fuera de duda, según los observadores, que el Banco Ambrosiano, por mediación de su filial luxemburguesa, que llevaba la gerencia de su actividad internacional, prestó sumas importantes -1.287 millones de dólares, según el ministro italiano- a empresas fantasmas con sede en Panamá y Bahamas, en las que el IOR tenía participación.

Para la concesión de estos créditos, el arzobispo Marcinkus había entregado cartas de aval a Roberto Calvi. La clave del problema es saber si estas cartas obligan a la banca vaticana a pagar las deudas del Banco Ambrosiano, origen de la quiebra del grupo.

Por otra parte, nuestro corresponsal en Roma, Juan Arias, informa que los tres expertos convocados por el secretario de Estado, Agostino Casaroli, para que dieran su parecer sobre la actuación del Instituto para las Obras de Religión (IOR) en el caso del Banco Ambrosiano, han acabado su trabajo y han entregado el resultado de sus investigaciones.

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