Juan Gil-Albert obtiene por unanimidad el Premio de las Letras del País Valenciano
El Premio de las Letras del País Valenciano, dotado con un millón de pesetas e instituido por el Ayuntamiento de Valencia, ha sido otorgado al escritor Juan Gil-Albert. Este premio, que tiene por objeto distinguir anualmente la labor en el campo de las letras de un intelectual valenciano, fue concedido por primera vez el pasado año al escritor Joan Fuster. En aquella ocasión hubo ciertas discrepancias en el jurado, ya que algunos de sus componentes eran partidarios de otorgar esa primera edición del premio a Gil-Albert. En función de ello, se suponía que éste sería en la segunda edición el premiado, y así ha sido por unanimidad de los miembros del jurado presentes en la votación, que se celebró en la madrugada de ayer, ya que uno no asistió."Me encuentro tan ajeno, estaba leyendo..., qué quiere que le diga". Estas eran las primeras palabras de Gil-Albert al ser preguntado sobre su impresión acerca del Premio de las Letras del País Valenciano. El siempre ha dicho que es un mal improvisador, que nunca ha sido capaz ni de dar las gracias en público, que prefiere escribir y luego leer lo escrito. En cualquier caso, imaginaba que este año ese premio le correspondería.
El fallo fue comunicado a primeras horas de la tarde de ayer por el alcalde de Valencia y presidente del jurado, Ricard Pérez Casado Los componentes del jurado lo son en función de los cargos que ocupan, ya que está compuesto siempre por los rectores de las universidades de Valencia y de Alicante, los catedráticos de Literatura de ambos centros, el encargado de literatura del colegio universitario de Castellón, el presidente de la institución Alfonso el Magnánimo, el presidente del Ateneo de Valencia, el concejal delegado de Cultura del Ayuntamiento de la capital valenciana, el secretario de esta institución y el alcalde, que preside el jurado.
El acto solemne de entrega del premio a Gil-Albert, según explicó ayer Pérez Casado, se celebrará durante la última semana del próximo mes de noviembre, coincidiendo con un encuentro de intelectuales de los países del área mediterránea que organizará el Ayuntamiento de Valencia y con el estreno de la obra Valentín, de Gil Albert, en un montaje de Antonio Gala.
Un caso de justicia
El alcalde dijo que la concesión de este premio a Gil-Albert "es un acto de justicia que tiene la trascendencia de reconocer a Gil-Albert los méritos que durante decenios no le fueron reconocidos". "Yo he dicho varias veces", añadió Pérez Casado, "que a los intelectuales en las sociedades democráticamente normalizadas se les mima y se les aúpa. La excepción de un premio a Gil-Albert significa la excepción de su trabajo durante decenios".Gil-Albert reconoce que "sabía que podía ocurrir algo parecido a lo del premio", especialmente en un momento en que en el País Valenciano se prodigan los homenajes a su persona y a su obra. Los dos próximos tomos de su obra completa que edita la Institución Alfonso el Magnánimo, de la Diputación de Valencia, corresponden a Torno u obra general. "Mientras que los tomos anteriores se abrían con una fotografía mía", señala el escritor, "en estos dos, en los que por primera vez se divide esta obra, ya que en la primera edición de Barral era un solo tomo, aparecerán fotos de edificios de los que hablo y relacionadas con personajes a los que aludo".
Juan Gil-Albert nació en Alcoy (Alicante) en 1906 en el seno de una familia burguesa de la industria textil alcoyana y estudió en el colegio de los Escolapios de Valencia. Su primer libro de poesía lo publicó en 1936. Se trataba de Misteriosa presencía.
Gil-Albert publica varias obras y durante toda la guerra está en el bando republicano. Tuvo un destacado papel en el Congreso de Escritores Antifascistas, celebrado en 1937, y fue secretario de redacción de la revista literaria Hora de España.
Terminada la guerra se exilia a Francia, donde es confinado en un campo de concentración, y de allí marcha a México, donde ha vivido en total cuatro años. En Argentina residió por igual espacio de tiempo.
En 1947 vuelve a España y comienza su "exilio interior". Durante más de veinte años escribe sin publicar, salvo algún libro aislado que se edita él mismo. El llamado boom de Gil-Albert se inicia en 1972 con la publicación de Poemas por la editorial Ocnos. Luego vendrá Crónica general, y después Memorabilia, Los días están contados, Valentín, Cantos rodados, Heraeles, El drama patrio y Retrato oval. Su último libro publicado es Los arcángeles. La institución Alfonso el Magnánimo de la Diputación de Valencia ha publicado seis tomos.
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