Los fallos de voz de un tenor originan un escándalo en el Festival de Opera de Bilbao
El tenor Franco Bonisolli, que tuvo un fallo de voz el pasado miércoles cuando interpretaba Cavalleria rusticana, ya tiene sustituto para la sesión de cierre en La bohème, del XXXI Festival de Opera de Bilbao, que continúa hasta el domingo con un éxito total de público."Yo soy un hombre libre, no quiero saber nada de conspiraciones", decía ayer, por toda explicación, Franco Bonisolli. Con un pañuelo de colores anudado a su garganta, la única nota de animación en su aspecto, visiblemente deprimido, Franco Bonisolli insistía en el hecho de que su incidente en Cavalleria se trataba de "un problema humano, debido a un enfriamiento de la voz", mientras mostraba en su mano el informe médico donde se certificaba "un edema en las cuerdas vocales acompañado de un proceso catarral".
Bonisolli había dejado en suspenso su Adio a la mamma, en la penúltima escena de Cavalleria rusticana. Su voz de, tenor enmudeció. Bonisolli siguió en escena, ante un público que sólo pudo seguir la expresión de sus gestos, hasta que cayó el telón y se anunció la permanencia del cantante en su posterior papel de Payasos. Pero cuando el barítono Leo Nucci da la orden orden: "¡Inconminciate!", Bonisolli sale esta vez en su papel de payaso ambulante y no llega a declarar en escena, como exige el libreto: "Estoy dispuesto a soportar cualquier clase de chiste haciendo el payaso para todos". Nada más iniciar su actuación, Bonisolli se lleva las manos a la garganta y espeta al respetable, de donde habían surgido los "fuera, fuera": "¿Es que ustedes no aman la lírica? Soy un ser humano".
El lendakari Garaikoetxea, entre el público, trató de calmar a los organizadores. "Son cosas que pasan en escena", decía.
Babelia
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