El Festival de Opera de Bilbao aspira a convertirse en una institución operística estable en su nueva etapa

La presentación de Nicolai Chiaurov en el personaje de Felipe II de Don Carlo, de Verdi, inaugura hoy en Bilbao el XXXI Festival de Opera, que ofrecerá, hasta el 12 de septiembre, un repertorio de autores italianos en el teatro Coliseo Albia. Bajo la batuta del maestro Morelli, la recién creada Orquesta de Euskadi debutará en la actual edición de la ópera, organizada, con el apoyo del Gobierno vasco, por la Asociación Bilbaína de Amigos de la Opera (ABAO), que aspira a una pronta reconversión del festival en una institución operística estable desde el escenario, municipal del teatro Arriaga.

Nicolai Chiaurov, el bajo indiscutible del momento, que ha prestado recientemente su voz en Salzburgo y Viena, acompañado de Von Karajan, al mismo personaje del libro de Verdi con el que debutará en Bilbao, es una de las notas fuertes del festival bilbaíno de este año, que, a lo largo de su historia, se precia de haber presentado las mejores cuerdas del bel canto.

Además del Felipe II de Don Carlo, que interpretará junto al tenor catalán Jaime Aragall en el papel de Don Carlo, la soprano Mirella Freni y la mezzo Viorica Cortez en las respectivas figuras de Isabel de Valois y la princesa de Eboli, el propio cantante búlgaro, afincado en Milán, Chiaurov, será también el noble genovés que se enfrentará al barítono Antonio Salvador¡ en su papel de Simón Boccanegra, en la ópera del mismo título programada para el día 6.

Orquesta debutante

Morelli y la debutante Orquesta de Euskadi, en la escena de la ópera -de la que guarda las mejores referencias el tenor Carlo Bergonzi, tras su actuación conjunta en la quincena musical de San Sebastián-, acompañarán la ópera Aida, el tercer título de la trilogía de Verdi ofrecida en la temporada bilbaína, con Ghena Dimitrova, Fiorenza Cosotto y Franco Bonisolli como figuras principales.

Dentro del reparto del XXXI Festival de Bilbao se incluye, entre los intérpretes españoles, la actuación del barítono Vicente Sardinero y María Angeles Peters, reciente premio en el concurso Gayarre, que compartirán la interpretación de La Bohème, de Puccini, además de la mezzosoprano Raquel Pierotti y Rosario Morillas, un valor en alza desde su voz de soprano, después de su último éxito en el Requiem, de Verdi, presentado en la capital donostiarra.

En cuanto al repertorio de obras, dos populares títulos completan la programación del festival: Cavalleria y Pagliacci, presentados en una única sesión, como ya lo hiciera la ABAO en la conmemoración de su 25º aniversario.

Alentado por el esfuerzo de unos locos por la música, como se autotitulan los amigos de la ópera, el festival bilbaíno ha conseguido situarse entre las celebraciones de relieve del circuito operístico mundial, en tanto le apremia un importante problema de infraestructura por resolver. La falta de una sede permanente y de unos cuadros profesionales estables, aparte del nivel artístico alcanzado por el propio conjunto coral de la ABAO, son necesidades a las que se viene enfrentando el festival, con la ayuda prestada en cuanto al montaje escénico por los equipos procedentes del Liceo barcelonés y la ópera de Madrid.

Por su parte, con el apoyo prestado por el Gobierno vasco, en el último período, a través del compromiso adquirido por la organización para cubrir el aforo del Coliseo Albia -sin que hayan variado los precios de la entrada, entre 1.000 y 4.000 pesetas, en los últimos cuatro años-, el festival bilbaíno ve cercana su definitiva configuración en una institución de ópera estable.

El teatro Arriaga de la capital vizcaína, que ahora mismo se remodela, una vez recuperado su carácter municipal, es la posible futura sede a la que mira esperanzado el festival de la ABAO, a fin de que pueda acoger de forma permanente, y entre otras actividades artísticas, la labor operística que, llegada ya a su mayoría de edad, cumple 31 años en la actual edición del 82.