Las diferencias de Líbano con Siria y la OLP podrían aplazar la 'cumbre' árabe de Fez

La cumbre árabe de Fez, prevista para el próximo día 6, podría ser aplazada algunas semanas. Líbano ha pedido que se retrase hasta la toma de posesión del nuevo presidente, Bechir Gemayel, el próximo 23 de septiembre, pues, según el primer ministro libanés, Chafic Wazan, "no podemos tomar decisiones esenciales y más cuando afectan al futuro". La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) también parece querer el aplazamiento, por lo menos hasta que pueda reunirse el comité ejecutivo de la organización.

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La versión técnica para justificar el aplazamiento tiene otra lectura en Beirut. Según ésta, con el aplazamiento se trata de evitar el riesgo de una ruptura entre Líbano y la comunidad de países árabes. Sirios y libaneses se enfrentaron en la conferencia preparatoria de la cumbre árabe en Mohammedia con motivo del plan presentado por la delegación libanesa sobre la retirada de todas las tropas extranjeras de su territorio, es decir, israelíes, sirios y palestinos.El presidente de Líbano, Elías Sarkis, anunció su propósito de no acudir a Fez, ante el previo rechazo del plan pacificador presentado por Beirut y las duras intervenciones de sirios y palestinos, que obligaron al representante libanés, Joseph Abujater, a retirarse por considerarlas dífamatorias. Abujater calificó el discurso del jefe del departamento político de la OLP, Fanik Kadumi, de "injerencia en los asuntos internos de Líbano".

Fuentes oficiales marroquíes confirmaron ayer, sin embargo, que la fecha adoptada por los ministros de Asuntos Exterioresse mantiene y que la cumbre se inaugurará tal y como estaba previsto, informa Domingo del Pino desde Rabat.

El plan Fahd vuelve a ser la manzana de la discordia, hasta el punto de que el ministro de Asuntos Exteriores saudí dijo antes de partir de Rabat a su país que "Arabia Saudí no insiste en que su plan sea aprobado" y que "apoyará cualquier iniciativa árabe tendente a lograr una solución del conflicto árabe-israelí".

En todo caso, este enfrentamiento entre sirios, palestinos y libaneses se produce en unos momentos en los que el único beneficiario resultaría Israel, sobre quien volverían sus miradas las actuales autoridades libanesas hasta la toma de posesió n del presidente electo, Bechir Gemayel, "la opción claramente proisraelí", según la oposición musulmana y progresista de Líbano.

La irritación del Gobierno libanés frente al resto de los países árabes obedece al rechazo del plan de siete puntos presentado por el ministro libanés de Asuntos Exteriores, Fuad Butros, en el que solicita el apoyo árabe para preservar la integridad territorial y política del pals.

El plan, en resumen, solicita la aplicación de las resoluciones de la ONU, que exigen la retirada israelí; pide que se tomen decisiones oportunas para la retirada de las tropas sirias y combatientes palestinos estacionados en el este y norte del país, y reclama la prestación de toda la ayuda diplomática a la justa causa del pueblo palestino y la creación de un fondo que canalice la ayuda árabe para la reconstrucción del país.

Fuerza israelí

A la espera de la llegada del secretario de Defensa norteamericano, Caspar Weinberger, que pasará toda la mañana de hoy en Beirut, antes de trasladarse a Tel Aviv y El Cairo para potenciar la acción diplomática, Israel ha dado nuevas señales de estar muy presente en el engranaje pólítico y militar, que pone en marcha después de la evacuación palestina, que finaliza hoy.

Ayer por la mañana fue derribado un caza-bombardero sirio del tipo MIG-25, según fuentes. israelíes, durante un combate con aviones hebreos al sureste de Beirut, en el valle de la Bekaa. Se trata del primer incidente aéreo sino-israelí desde el pasado 24 de junio.

Además, las autoridades israelíes insisten en, la evacuación de las milicias progresistas del oeste de Beirut, "aliadas de los terroristas palestinos", según dicen. Ibrahim Koleilat, líder del principal grupo armado en el sector occidental de Beirut, los Murabitun (nasseristas), ha calificado la pretensión israelí como un proyecto "para destruir las raíces árabes de Líbano y provocar una ventaja demográfica de las comunidades cristianas".

A pesar de que en círculos oficiales israelíes se habla de tratar el desarme de los grupos progresistas "a su manera", esto es, con dureza, un alto funcionario del Ministerio hebreo de Asuntos Exteriores declaró el lunes que el tema podría ser resuelto políticamente".

En círculos oficiales libaneses, citados por el diario beirutí An Nabar, se piensa que la pretensión israelí es la de facilitar la tarea al presidente electo Gemayel para cuando inicie su mandato el próximo 23 de septiembre, con un amplio sector de la capital pacificado.

El problema planteado por Israel, que acusa a los palestínos de incumplir el acuerdo de paz del emisario norteamericano Philip Habib, al no entregar su armas pesadas al Ejército libanés, sino a sus aliados progresistas, puede quedar resuelto en breve. Así, Abul Walid, jefe del Estado Mayor de la OLP, permanece en Beirut para negociar con el jefe del Ejército regular de Líbano, Nabil Koraytem, la entrega de estas armas.

Hoy termina el plan de evacuación de más de 10.000 combatientes sirios y palestínos de Beirut oeste.