En Beirut se considera inevitable un asalto frontal del Ejército israelí
El octavo alto el fuego palestino-israelí dio ayer a Beirut una calma rota intermitentemente por los vuelos rasantes y amenazadores de la aviación hebrea. El pronóstico de los observadores es que tanto Israel como la OLP se disponen a enfrentar una batalla final en Beirut, una vez que han quedado prácticamente descartadas todas las posibilidades de solución negociada.
El presidente del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat, ha dirigido mensajes urgentes a Leónidas Breznev, François Mitterrand, Fidel Castro, Javier Pérez de Cuéllar (secretario general de la ONU) y al rey Fahd de Arabia Saudí, explicando la gravedad de la situación tras el recrudecimiento de los ataques israelíes.La Prensa libanesa asegura que el Gobierno israelí se ha negado a suscribir una retirada, incluso parcial, de sus tropas del itinerario por el que deberían abandonar Beirut los guerrilleros palestinos. El primer ministro de Líbano, Chafic Wazzan, señaló que el recrudecimiento de la presión militar israelí, que se ha cobrado en una semana no menos de trescientos muertos, demostraba que el Gobierno de Tel Aviv ha escogido la opción militar.
Chafic Wazzan se preguntaba ayer sobre "la utilidad de proseguir las negociaciones". El presidente libanés, Elías Sarkis, y Wazzan se entrevistaron sin embargo, con el enviado especial norteamericano a Oriente Próximo, Philip Habib, a quien pidieron una vez más que use de toda su influencia para que los israelíes levanten el bloqueo.
El líder de la OLP ha dado orden a sus fuerzas armadas para que "refuercen y consoliden sus posiciones, después de los "salvajes" bombardeos israelíes. En la capital libanesa se considera que el endurecimiento de la postura de Arafat obedece a la creencia de que Israel, en cualquier caso, piensa tomar la ciudad, en cuya zona oeste fue restablecido ayer el abastecimiento de agua.
. La violación del séptimo cese el fuego provocó el viernes veinte muertos civiles y heridas a otros cincuenta, destruyó un gran número de edificios y ha reducido aún más el límite de la "zona segura" de Beirut, donde se con centran centenas de millares de civiles.
Según expertos militares, 1.370 proyectiles han sido lanzados por la aviación israelí, o desde mar y tierra, en el último bombardeo, que escogió como blancos no solamente los campos palestinos, sino también los barrios residenciales.
Un hospital con el nombre de Gaza, situado en el barrio de la Universidad árabe, ha sido tocado por la artillería israelí y dos pisos del edificio han sido dafiados. El pasado jueves dos hospitales más, uno de ellos infantil, resultaron dañados por los bombardeos del ejército hebreo.
En Moscú, la agencia oficial de noticias soviética Tass se refinó ayer a los soldados de Beguin como los "caníbales del siglo, XX" y traza un paralelismo entre "los militares israelíes y los fascistas hitlerianos".
En Londres, el presidente-fundador del Congreso judío mundial, Nahum Goldman, estimó en unas declaraciones a un semanario en lengua árabe que la invasión de Líbano no conseguirá la liquidación de la OLP. Ein la capital británica, 10.000 personas, entre ellas varios diputados de los Comunes, se manifestaron ayer para protestar en términos especialmente: enérgicos contra la invasión israelí.
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