El 'cuerno' de Africa
ETIOPIA, SOMALIA, Eritrea son nombres que mezclan sus problemas mutuos, internos y frente al mundo exterior desde hace tres mil años -con brotes históricos en los que aparecen Salomón, la reina de Saba y las fábulas del Preste Juan-; en el cuerno de Africa parece todo este complejo antiguo como apartado del conjunto de problemas del continente, con la originalidad de una raza mezclada de judíos y negros, modalidades religiosas que se centran en un cristianismo propio, organizaciones feudales, aportaciones contemporáneas llevadas por la colonización... Si se despejan todas estas superestructuras, quedan problemas actuales menos singulares: un imperialismo etíope teñido de aproximaciones al marxismo y ayuda soviética -directa, pero también por la conocida vía cubana- que trata de extenderse y asegurar salidas al mar, unos independentismos favorecidos por Estados Unidos, y, por consiguiente, sobre todo el entramado de odios antiguos y ambiciones eternas, una forma más del enfrentamiento Este-Oeste, enormemente valorado en estos momentos por cuanto sucede en torno a él.Somalia es un país nuevo (1960) formado por fragmentos coloniales del Reino Unido, Italia y Francia. Apenas nacido reclamaba ya parte de Etiopía -la provincia de Ogaden-, parte de Kenia y la Costa de los Somalíes (francesa). Etiopía era aún el reino del León de Judá, del implacable Negus, que una vez apareció en el mundo como el pobre y desvalido monarca civil y cristiano desposeído por la barbarie fascista de Mussolini -la guerra de Abisinia-, cubierto por un hongo raído y un paraguas desvarillado que no pudieron protegerle de las bombas de los Caproni. La izquierda lloraba por él. Fue longevo, y esa longevidad le permitió volver del exilio, reinar de nuevo y cargarse con una images distinta: un tirano feroz y sangriento. Aun así gozaba de prestigio occidental, que le ayudó a vencer las continuas rebeliones: hasta que una le derribó y le encarceló. Etiopía no ganó nada: cambió de tirano, cambió los nombres de la crueldad y de las torturas y cambió de alianzas políticas. -
El recrudecimiento actual de las batallas entre etíopes y somalíes tiene toda la profundidad histórica que se le quiera dar y todas las razones étnicas y geográficas que convengan. Pero está, sobre todo, estrechamente rela cionado con una serie de conflictos en torno suyo. Si las enormes montañas, los precipicios, los desfiladeros y otras defensas naturales hicieron de Etiopía lo que en los tiempos de la geografia romántica se llamaba "un país inexpugnable y misterioso" y le permitieron su originalidad y su aislamiento, nada de eso vale hoy. El mapa es implacable, y en la zona donde está el complejo abisinio se están jugando muchas cosas. Hay una relación directa entre esa zona y lo que sucede en el conflicto Irak-Irán y lo que pasa con los países árabes y con Israel. Estados Unidos y la URSS consideran imprescindible el dominio del cuerno de Africa. Es creíble la versión somalí de que el nuevo incidente, que reanuda la última gúerra -1978-, proceda de una invásión etíope; no es menos creíble la versión contraria. El origen de estas hostilida des es lo de menos. El hecho es que Estados Unidos en vía ya velozmente armas a Somalia, y hasta sus propios aviones -de la Navy- la están ayudando, frente a las armas soviéticas de las que dispone Etiopía. También acuden en defensa de los somalíes los egipcios y los árabes saudíes; le cuesta más trabajo hacerlo al Irak -como en otras ocasiones-, por su propía guerra.
No sería difícil contener a Etiopía si no fuese por un riesgo bastante grave: el de una posible insurrección de los propios somalíes contra su Gobierno. Etiopía sostie ne que lo que sucede en Somalia es una insurrección interna; de hecho; hay disidentes somalíes junto a las tropas etíopes.
La agravación de este conflicto, que puede estar en los planes de las grandes potencias -o de alguna de ellas- puede tener una incidencia muy importante en todo el conjunto de guerras y situaciones explosivas de la amplia zona. Forma parte de la misma historia en quese juegan muchas cosas trascendentales para el mundo contemporáneo.
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