El Ballet Nacional Español incorpora a su repertorio la obra 'Don Quijote'

En su marco más natural, en tierras manchegas, coincidiendo con la apertura de la tercera edición de los festivales de Ciudad Real, se acaba de estrenar Aventuras y desventuras de Don Quijote, última obra de danza compuesta por el Ballet Nacional Español, dirigido por Antonio, con coreografía de Luis Pérez Dávila, Luisillo, y música de Federico Moreno Torroba.Esta representación finalizó con la entrega al maestro Moreno Torroba de una bandeja de plata en nombre del ayuntamiento y pueblo de Ciudad Real, y de un Quijote al director Antonio.

Es Don Quijote la obra de danza española de más larga duración. Ha sido concebida para ofrecerla al público como única obra de programa, sin necesidad de ir conjuntamente con otras. Más de hora y media ininterrumpida, lo que le da unas ciertas características innovadoras de gran obra, de ópera maestra nacional. Es también el montaje más caro del Ballet Nacional Español. El creador de la coreografía, Luisillo, manifestó que era la obra que deseaba hacer en su vida.

En siete partes ha dividido Luisillo su obra, escenificando algunos de los pasajes más significativos del texto cervantino. Seis episodios y un epílogo, que lo recorren de principio a fin: Los molinos de viento, la eterna alucinación de don Quijote; Los galeotes, episodio universalmente considerado como la parábola de la humana ingratitud; Hay que salvar a Don Quijote (¿salvarle?), la famosa conjura del cura y del barbero para encerrar a don Quijote en la jaula de la carreta de bueyes; Dulcinea, el conjunto ideal de todos las perfecciones que se pasean por la mente de Alonso Quijano; Altisidora, la princesa que embauca a don Quijte fingiéndose enamorada de él; Vencidos sois, caballero, la mayor de todas las derrotas, la que más pesadumbres le dio a Don Quijote, la que le llevó de Barcelona a La Mancha directamente al lecho de muerte, y, por último, el epílogo, Vivir, soñar, morir.

Luisillo lo contaba días antes del estreno: "En realidad he hecho una obra de teatro interpretada por bailarines, en vez de actores". Efectivamente, Don Quijote es una obra de ballet narrativa, absolutamente entendible, con una gran profusión de gestos, mímica, expresión corporal teatral, de movimientos, a la que sólo falta poner la palabra.

El tema argumental se va desarrollando progresivamente p or medio de pasos y de movimientos muy claros, sencillísimos, que mantienen una relación comunicativa con el público a la manera de la narrativa teatral. Los dos personajes principales, don Quijote y Sancho, estuvieron representados por los bailarines Paco Morell y Juan Mata, respectivamente.

Varias son las danzas que han ilustrado la obra, danzas como las seguidillas manchegas y las jotas aragonesas, "con un vocabulario de danza universal, fácil de cantar en cualquier parte del mundo", en palabras de Antonio, director del Ballet Nacional Español.

De esta manera, el Ballet Nacional Nacional ha incorporado a su repertorio la obra literaria española más universal, adaptándola finalmente para ballet, como ya se hiciera de una manera menos ambiciosa y más reducida en la Unión Soviética y Estados Unidos.