¿La exportación de la revolución islámica?

Las noticias sobre una inmediata invasión militar iraní del territorio iraquí han causado sorpresa y alarma. Sorpresa porque hasta el momento los dirigentes de Irán, con el imán Jomeini a la cabeza, han repetido machaconamente que no ambicionan territorios del país vecino y que no desean invadirlo. Alarma porque, de confirmarse este propósito, podría suponer el inicio de la "exportación militar de la revolución islámica", eventualidad negada siempre por Teherán, que suscita verdadero pánico en Bagdad, en las monarquías del Golfo, en Riad y en Washington.

El régimen de Teherán esperaba que la reconquista de Jorramshar, epílogo militar incontrastable de la invasión iraquí de Irán, iba a provocar la caída fulminante del presidente Saddam Hussein. Algo similar a la idea que acariciaba el propio Saddam Hussein respecto a Joineini cuando decidió adentrar sus tropas en el país vecino, en septiembre de 1980.

Sin embargo, no ha sido así. En aquella ocasión Jomeini fortaleció más todavía su liderazgo, v ahora Saddam Hussein, pese al revés militar sufrido en la guerra, parece haber afianzado su poder.

Un dato, sin embargo, suscita inquietud: la reciente promoción de algunos cristianos, hasta ahora meras figuras decorativas, a altas responsabilidades en Bagdad, ¿significa un intento de Saddam de neutralizar con otra comunidad religiosa la poderosa presencia chiita -base potencial de un jomeinismo a la iraquíen el interior de Irak?

Se desconoce qué tipo de ofensíva prepara Irán contra Irak. Puede tratarse de una penetración relámpago que obligue a Bagdad a retirarse en serio del territorío iraní, o bien puede tratarse de algo que puede poner nuevamente en ascuas esta zona del mundo, estremecida ya por la invasión israelí de Líbano.