Creciente temor en Buenos Aires a la fiscalización militar del proceso democratizador
Los rumores de un pronto restablecimiento de la unidad entre los tres comandantes en jefe de los ejércitos de Argentina, los temores de los políticos a que la institucionalización pactada qué ahora solicitan los militares prive de toda sustancia a la esperada democratización y los indicios de deshielo con Estados Unidos enmarcan la conmemoración por los argentinos del 166 aniversario de su independencia, proclamada el 9 de julio de 1816.
Después de la derrota militar de las Malvinas y el reconocimiento público, a través del ministro de Economía, del fracaso de la gestión político-económica del régimen militar nacido en 1976, los intentos de las fuerzas armadas por regresar a la situación precedente parecen hoy no sólo demasiado obvios, sino demasiado rápidos.El regreso del brigadier Pedro Mirel, considerado el cerebro del Ejército del Aire, al cargo que ocupaba en la secretaría de planeamiento con anterioridad a la retirada de la fuerza aérea en el proceso de elección presidencial, es considerado indicativo del éxito ya logrado en los intentos de restaurar la cooperación de la cúpula militar, que el propio presidente Reynaldo Bignone parece considerar como un objetivo prioritario de su misión.
El comandante en jefe del Ejército, general Cristino Nicolaides, reiteró el miércoles su exigencia de que la salida institucional sea pactada con los militares, idea en la que también redundó ayer el presidente Bignone al declarar que la marcha hacia la institucionalización debe ser concertada.
El diario Clarín informa que en las altas esferas militares se barajan dos hipótesis de trabajo cómo medio de pactar esta salida. La primera es que el futuro presidente y vicepresidente sean designados por una asamblea legislativa, lo que garantizará que ambos cargos surjan de un acuerdo entre los partidos políticos, y la segunda, que en los comicios se elijan sólo senadores, quienes, a su vez, elegirían al presidente y al vicepresidente.
A estos rumores algunos partidos ya han respondido claramente. La Multipartidaria ha hecho saber extraoficialmente que la mejor concertación es el compromiso de todos dé hacer juego limpio. Otros han criticado la intención del presidente de ratificar en sus cargos a todos los anteriores gobernadores, decisión que consideran incongruente con el deseo, de que las próximas elecciones sean auténticamente libres.
La concertación o salida pactada que solicitan los militares, según estiman los políticos, significa que, aquéllos quieren garantizarse un repliegue honroso, como si nada hubiera ocurrido, sin derrotas políticas ni militares, y dejando una hipoteca sobre la futura etapa institucional.
Acercamiento a Estados Unidos
El miércoles, en su primera audiencia después de asumir su cargo el 2 de julio pasado, el canciller Juan Aguirre Lanar¡ se entrevistó con el embajador norteamericano en Buenos Aires, Harry Shlaudemann, a quien, según Lanari, "encontró accidentalmente" en la cancillería. En un reciente intercambio de mensajes entre los presidentes Reagan y Bignone, éste decía, que consideraba deseable la normalización con Estados Unidos, a condición de que Washington levantara las sanciones contra Argentina aún vigentes. La Prensa argentina informaba ayer que el Gobierno norteamericano estudia actualmente el asunto.
