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Tribuna
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Tesoros para el siglo XXI

La Antártida alberga dos de las mayores cuencas petrolíferas del mundo, tiene una enorme cantidad de minerales y su riqueza pesquera es tal que, según los biólogos, sus posibilidades anuales de captura superarían el total de las capturas ictícolas mundiales, a la vez que representa la mayor reserva de espacio estratégico, naturaleza incontaminada y agua dulce.La búsqueda del tesoro está en marcha en lo que se refiere a la pesca: al menos rusos, polacos, alemanes federales y japoneses pescan y comercializan ya el krill, pequeño crustáceo parecido al camarón, de unos seis centímetros de largo y alto valor proteínico. La auténtica depredación que han sufrido las ballenas, especialmente la ballena azul, ha hecho multiplicarse el número de los Euphasia superba, nombre científico, hasta límites insospechados, ya que el krill constituía el alimento casi exclusivo de aquéllas. Sus inmensas concentraciones hacían, a veces, confundirlos con bancos de arena, incluso a navegantes expertos: la presencia en algunas zonas de hasta 30.000 unidades por metro cúbico de agua hacía que el mar apareciera con una consistencia de puré.

Más información
La Antártida, telón, de fondo de las Malvinas

Actualmente se están dando capturas de hasta doscientas toneladas diarias a un coste no superior a cincuenta dólares la tonelada, pero ya hay especulaciones sobre si una explotación de este ritmo podría perjudicar el volumen natural de la especie; recientemente se celebró una convención en Canberra (Australia) para tratar este asunto en la que se advertía a los países ya explotadores contra la pesca de krill, señalando que incluso pequeñas capturas podrían tener desastrosas consecuencias para ballenas y distintas especies de peces del océano.

Otras especies marinas abundantísimas en la zona son los calamares, merluzas, anchoitas y centollas; en las Georgias del Sur se calcula que hay 400.000 elefantes marinos y más de medio millón de focas peleteras, que llegan a los catorce millones en toda la Antártida. La existencia actual de ballenas se estima en una biomasa de setenta millones de toneladas y el número total de aves de todas las especies -que no podrían vivir sin peces suficientes- puede ser de doscientos millones de ejemplares.

Minerales estratégicos

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Entre los minerales, muy abundantes, destacan el hierro, cobre, plata, oro, molibdeno y manganeso; la zona alberga además módulos metálicos del lecho oceánico ricos en Cobalto y níquel, y algunos científicos opinan que también hay uranio. Y, finalmente, por supuesto, el petróleo. Los tres archipiélagos por los que se combate en el Atlántico sur - Malvinas, Georgias y Sandwich- son epicentro de ricas cuencas petrolíferas a las que hay que añadir las del mar de Weddell, las montañas Transantárticas y la de Burdwood.

Las últimas investigaciones señalan que las reservas antárticas abarcan un área de más de dos millones de kilómetros cuadrados y podrían contener más de mil millones de toneladas de crudo. Para Argentina, país que se autoabastece de petróleo, la consecución de los yacimientos malvinenses, a pesar del coste de su extraccíón, supondría convertirse en una potencia económica y estratégica.

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