Los expositores de la Feria del Libro madrileña consideran positiva la primera semana de venta

Todos los expositores de la Feria del Libro consideran muy positivos los resultados de la primera semana de funcionamiento del certamen. Del volumen de ventas al contado recogidos hasta el pasado miércoles, se habían facturado algo más de 58 millones de pesetas. Por otra parte, los libros preferidos han sido La historia interminable, de Michael Ende, Los gozos y las sombras, de Gonzalo Torrente Ballester, y las Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar. Ayer, por otra parte se inauguró en Barcelona, con parecidas perspectivas, la feria del libro barcelonesa (véase página 32 de este mismo número).

Según los organizadores de la Feria madrileña, y según pudimos pulsar por las casetas, consultados los tres gremios, la Feria que por primera vez organizan ellos, sin la tutela del Estado, está saliendo muy bien. Económicamente incluso: aunque el jueves había sido el día más flojo, por esa lluvia vespertina que fue a caer justo en la hora de mayor afluencia y mayor venta, las cifras de la semana son buenas. Sólo en el primer fin de semana de la Feria se había pasado de los 36 millones de pesetas, el lunes se habían vendido cerca de ocho millones, el martes casi seis y el miércoles se habían vuelto a pasar los ocho. En total, 58.172.846 pesetas.Los fines de semana levantan siempre los porcentajes, porque justo en esos días es cuando la mayor parte de los interesados puede acercarse a la Feria, que se convierte en un espectáculo de paseo y ocio madrileño. Ayer por la mañana, con un sol radiante y una temperatura templada y agradable, había sobre todo niños: niños que jugaban a cosas, niños que cargaban bolsas de libros, niños que pedían catálogos y pegatinas, después de haber asistido a sus actividades propias.

Precisamente es casi infantil el libro más vendido de la Feria -infantil como puede ser El señor de los anillos, Alicia en el país de la maravillas o hasta Las mil y una noches-. La historia interminable de Michael Ende, que es el verdadero best-seller de esta primavera, publicado por Editorial Alfaguara. Le siguen -y esta encuesta se ha hecho consultando a los libreros de la Feria- Los gozos y las sombras, de Gonzalo Torrente Ballester, publicado por Alianza Editorial, que aunque no es una novedad ha sido puesta en actualidad por la serie televisiva, y las Memorias de Adriano, el espléndido libro de Marguerite Yourcenar publicado por EDHASA. Luego están El laberinto de las aceitunas, de Eduardo Mendoza, en Seix Barral, y las novelas de Patricia Highsmith, de Anagrama, que al parecer, se compran de tres en tres.

Con la Feria coincide la concesión del premio de poesía Juan Ramón Jiménez: este año correspondió el primer premio a La ciudad de las cúpulas, de Antonio Enrique, y el accésit a Corteza de la génesis más cierta, de Fernando Beltrán. El premio Juan Ramón Jiménez, que este año se concede por sexta vez, está muy ligado a la Feria, con la que coincide en el tiempo y en la celebración, y está instituido para poetas jóvenes, entendiéndose como tales los menores de cuarenta años, y publicados, en este caso, en las colecciones Rusadir y Aeda.

La poesía se vende en la Feria un poco más que en el resto del tiempo. Son los nostálgicos que vuelven a los versos, más que los viciosos que leen poesía este año. Está llamando la atención en esta Feria una antología: la del profesor americano G. L. Solner, Poesía española hoy, publicada por la colección Visor, que recoge la de todas las generaciones vivas desde el 27, y las Elegías de Bierville, de Carles Riba, en la misma colección. Vende Huir del invierno, de Luis Antonio de Villena, publicado por Hiperión, y luego ya los auto res que gustan siempre: Celaya -publicado por Peralta-Hiperión Visor y Cátedra- Gloria Fuerte y Octavio Paz.

Porque curiosamente, comentaba un librero, en la Feria se ven den muchos libros "que no son novedad": por ejemplo, el Ulysses, de Joyce, los poemas de la Beat Generation, las obras de Tolkien, o ese best seller que es las 1080 recetas de cocina, de Simone Ortega.