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La guerra en el Atlántico sur

Posible Gobierno de "emergencia nacional' en Argentina

El brigadier Basilio Lami Dozo, comandante en jefe de la Fuerza Aérea argentina y el componente del triunvirato militar en el poder que más declaraciones de carácter político ha hecho en los últimos tiempos, admitió ayer la posibilidad de que se forme un Gobierno de "emergencia nacional" en Buenos Aires en un futuro próximo.

En unas declaraciones hechas a un reducido grupo de periodistas argentinos que le acompañó en su visita de inspección a las bases aéreas del sur, Lami Dozo anunció cambios en la política interior y exterior del país, porque Argentina "ha cambiado desde el 2 de abril". Descartó el brigadier que vaya a levantarse el estado de sitio, vigente desde 1974, pero sugirió que podría mitigarse su aplicación y se mostró partidario de un modelo económico "ni abierto ni cerrado" para la posguerra.Lami Dozo, que ha obtenido importantes réditos políticos del crucial papel jugado, por la Fuerza Aérea argentina en la guerra contra el Reino Unido y a quien se asigna una posición clave en el futuro del país, dijo que el camino para una solución diplomática del conflicto aún no está cerrado y señaló que si continúan los combates, Argentina podría estudiar la compra de armamento procedente de los países socialistas.

Apoyo soviético

Simultáneamente, el presidente argentino, general Leopoldo Galtieri, recibía en la Casa Rosada al embajador soviético en Buenos Aires, Guey Striganov, con quien conversó durante casi una hora. El representante soviético expresó la simpatía de su Gobierno con la "lucha del pueblo argentino contra los intentos del imperialismo británico de restituir el estatus colonial en las islas Malvinas". Striganov declaró que Moscú apoya "política y diplomáticamente" a Buenos Aires y se negó a comentar sobre otros posibles tipos de ayuda.

Esta solidaridad soviética, como el encuentro que celebrarán hoy el ministro de Exteriores argentino y el presidente cubano, Fidel Castro, o la anunciada visita a Buenos Aires del poeta y ministro de Educación del Gobierno sandinista de Nicaragua, Ernesto Cardenal, son algunas de las consecuencias de esta guerra del Atlántico sur, que ha trastrocado imprevistamente el sistema interamericano y que puede causar graves daños. a la posición de Estados Unidos en el hemisferio occidental.

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Nicanor Costa Méndez parece convencido de que, pese a estas aperturas al socialismo y al tercermundismo, la postura de la Junta Militar argentina no es todavía irreversible, y declaró ayer que su viaje a La Habana no supone un cambio en la política exterior del país, que participa como observador del movimiento de los no alineados desde 1964, e ingresó como miembro pleno en 1973.

Criterio de señora gorda

El jefe del gabinete del ministro, Gustavo Figueroa, explicaba, por su parte, que "ir a La Habana no significa ser castrista" y, con curioso lenguaje diplomático, aclaraba que "a la política exterior se la debe tomar con seriedad y no con criterio de señora gorda".

La mayoría de los observadores coinciden en señalar que esta "redefinición" de la política exterior argentina puede pasar de ser una mera finta diplomática, tendente a alarmar a Washington, a convertirse en una realidad de incalculables consecuencias si el régimen militar se ve derrotado en el campo de batalla, sin posibilidad de hallar una salida diplomática honrosa, y aislado política y económicamente por los países occidentales. Condiciones todas ellas que podrían estar muy próximas a darse.

En el campo militar, las tropas argentinas atrincheradas en la capital del archipiélago esperaban la batalla decisiva, que parece haber se iniciado ya. El tiempo juega en contra de los atacantes y el "general invierno" ha hecho su aparición en las Malvinas, con la primera nevada y temperaturas de varios grados bajo cero. Los comunicados argentinos reconocen que los ingleses están ya en el monte Kent, a una veintena de kilómetros de Puerto Argentino, e informaron de bombardeos nocturnos a las posiciones británicas en San Carlos, Puerto Darwin y Prado del Ganso (Goose Green).

Aviones de las fuerzas aéreas y de la marina están castigando severamente a las tropas británicas según los últimos partes difundidos aquí. El dispositivo de defensa de la capital se habría reforzado con más campos minados, según las mismas fuentes.

El Estado Mayor Conjunto hizo pública ayer una evaluación de las pérdidas de material bélico sufridas por la flota británica, que estimó en las siguientes: veinticinco aviones Harrier y veintidós helicópteros destruidos, además de un portaviones fuera de combate, dos destructores hundidos y otros tres averiados, dos fragatas hundidas y ocho o nueve más con diversos daños, dos buques de desembarco seriamente averiados y un barco portacontenedores hundidos. En total, 47 unidades aéreas y una veintena de navíos fuera de combate, según la información oficial.

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