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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Las Malvinas y las multinacionales

En nuestra calidad de ingleses que hemos vivido y trabajado en Argentina, pensamos que la caracterización del conflicto de las Malvinas como una disputa de soberanía no representa más que un aspecto par cial del asunto. Habría que insistir más (como lo hizo J. Huasi en EL PAIS de 22-4-82) en los intereses económicos, que, en la era de las multinacionales, subyacen sin duda a cualquier conflicto internacionalA la vista del enorme potencial para hidrocarburos de la zona, no nos debe engañar el falso nacionalismo de la dictadura militar, que desde que usurpó el poder ha desarrollado una política económica antinacional. Martínez de Hoz ha dicho que Argentina buscará la ayuda de un consorcio de multinacionales para cualquier prospección petrolífera en el área. Parece más bien que la dictadura militar, en un momento de catástrofe económica para ella, necesita la sobe- Pasa a la página 14 Viene de la página 13 ranía sobre las Malvinas para desbloquear sus planes de explotación de la región mediante la venta de concesiones petrolíferas a algunas de las siete hermanas.

De hecho, según un artículo publicado en The Sunday Times en 1976, firmado por J. Poole y J. Monahan, ya entonces se barajaban dos alternativas: una propuesta de exploración conjunta con un consorcio europeo (a cambio de levantar las restricciones a las importaciones de carne argentina) y, alternativamente, un acuerdo con Exxon (la hermana mayor). A cambio de esta posible concesión tan lucrativa, se habría hablado de "apoyo norteamericano entre bastidores y en las Naciones Unidas para obligar a los británicos a soltar las Malvinas". De ahí quizá la posición ambigua de EE UU como mediador, antes de que los lazos' históricos con el Reino Unido, la Alianza Atlántica, el papel de la City en la economía internacional, etcétera, primaran en Washington.

Por otro lado, las Malvinas son prácticamente la finca privada de la Falkland Islands Co., que es dueña del 46% de las tierras, casi la mitad de las oyjeas y emplea a más de un tercio de la fuerza de trabajo. La compañía es actualmente subsidiaria de un conglomerado británico de combustibles y transporte, Coalite, que ha expresado su interés por entrar en el mercado del petróleo. El grupo Coalite compró a la Fálkland Islands Co. un año después de que la Shell hiciera una perforación cerca de Tierra del Fuego.

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Con este telón de fondo, el pueblo argentino y los habitanes de las islas aparecen como poco más que peones -y los militares argentinos como marionetas- en un drama cuyos principales beneficiarios, sea cual sea el desenlace de la guerra, serán, probablemente, unas cuantas compañías multinacionales./

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