_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Riesgos de más inflación

EL INDICE de precios al consumo en marzo ha registrado un incremento del 1,5% sobre el mes anterior, que sumado a las subidas de enero y febrero arroja un aumento trimestral del 4,1%. De mantenerse este ritmo, a final de año alcanzaremos un 16,5%. Demasiada inflación para una economía estancada y con una política de rentas recién estrenada bajo el marchamo del ANE.Es posible que el índice no mida con precisión absoluta los movimientos de precio en el mundo real. Los de la vivienda, por ejemplo, reflejan en parte los precios según la versión del BOE. También hay desajustes en el vestido: las novedades de confección salen ahora al mercado, pero muchas se venden más adelante, en las rebajas. Sin embargo, no hay duda de que los precios suben y repercuten en los bolsillos de los particulares a través de las alzas de las tarifas de los servicios públicos, de los precios de los productos agrícolas de protección oficial (el Estado garantiza un precio y la compra del producto) y de muchos artículos industriales, como el calzado, al abrigo de la competencia extranjera.

Las alzas de las tarifas públicas, así como el teléfono, se justifican en razón a que el usuario debe pagar el coste real de los servicios. Pero este coste real crece tan deprisa o más que los ingresos de las compañías, lo que determina que los déficit de explotació ni no se corrijan nunca y las tarifas sigan subiendo en cascada. Los agricultores, por su parte, utilizando el argumento de que los costes de los carburantes y de algunos fertilizantes suben más deprisa que los precios del trigo o de la aceituna, han conseguido convencer a las autoridades económicas de que les subvencionen los efectos de la crisis del petróleo. Industrialmente, el fantasma del paro es un riesgo a la hora de aplicar una mayor liberalización, y como se continúa amamantando a indastrias y sectores no competitivos, lo normal es que nuestra propensión a la inflación no pueda ser contenida.

La hoguera inflacionista está atizada por la política fiscal y, en cierta medida, ha estado protegida por la política monetaria en el primer trimestre del año. Los impuestos indirectos municipales y estatales crecen sin pudor y sin poder impedir, sin embargo, que el déficit del sector público cabalgue a galope tendido. A comienzos de abril, el Banco de España financiaba al sector público por valor de unos 420 mil millones de pesetas, unos 160 mil millones de pesetas más que en el primer trimestre del pasado año. Este déficit ha generado un crecimiento de la.cantidad de dinero que ha sido, como media, en el primer trimestre, del 17%. Es decir, las disponibilidades líquidas se han situado en la parte superior de la banda del 16% anunciada por el gobernador del banco emisor como objetivo de la política monetaria para 1982. Esta aceleración en el ritmo de expansión de la cantidad de dinero explica la liquidez ahora existente y la baja de los tipos de interés en el mercado interbancario.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

La existencia de esta masa de dinero acaba provocando, finalmente, una corriente de créditos que originan nuevos depósitos. Es decir, más dinero. Si la autoridad monetaria mantiene sus objetivos de crecimiento de las disponibilidades líquidas, los intereses suben. Pero si los objetivos se rebasan -lo que en nuestro caso corre el riesgo de suceder-, se provoca una explosión de precios: suben los índices, se exigen revisiones salariales, las exportaciones se resiente, así como la cotización de la peseta y finalmente también tienen qué volver a subir los tipos de interés. La inversión baja y el paro continúa.

La reflexión sobre este panorama es obligada: o el Gobierno y las administraciones públicas emprenden una acción rigurosa para controlar el déficit y no comprometer aún más los objetivos de la política monetaria o a corto plazo tendremos que sufrir una rigurosa política de estabilización, con sus costes sociales inevitables.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_