Apoyo peronista a la recuperación de las islas y rechazo a la Junta Militar
Dos destacados Iíderes, uno sindical y otro político, del movimiento peronista argentino, coincidieron en expresar a El PAIS su apoyo total a la "recuperación de las islas Malvinas para la soberanía nacional". Pero subrayaron que eso no supone, ni mucho menos, que respaldan a la Juntia Militar que gobierna Argentina desde el golpe de Estado de 1976.Deolindo Bittel, de 50 años, vicepresidente primero del partido justicialista y presidente en funciones (la presidenta es Isabelita Perón), afirma rotundamente que con el Gobierno tenemos discrepancias muy serias y no pensamos abandonar nuestras reivindicaciones, pero, como dijo Perón, para nosotros primero está la patria, luego el movimiento y después los hombres".
No considera "oportuno" el político justicialista responder a una pregunta sobre el momento elegido por el régimen militar argentino para ocupar las Malvinas y si esta decisión estuvo motivada por consideraciones de política interior. Para Bittel, "la decisión está tomada, nuestras tropas han ocupado nuestro territorio y en las Malvinas flamea nuestra bandera, no vamos a discutir ya la decisión política. Lo que interesa por encima de todo lo demas es la soberanía nacional".
Reconoce Bittel que un Gobierno constitucional no se hubiera decidido a emprender una acción como la toma de las Malvinas y recuerda que, "aunque este hecho nos enorgullece, Argentina tiene también otros problemas que resolver", "La soberanía no sólo se defiende de puertas afuera, sino también de puertas adentro. Es decir, defendiendo la independencia económica, por ejemplo, defendiendo la industria etc".
La "recuperación" de las Malvinas no distraerá a la opinión pública ni a los partidos políticos del problema de la "institucionalización" o retorno al régimen democrático, en opinión del dirigente justicialista. Su partido obtuvo siete millones y medio de votos en las últimas elecciones, un 62%. Confía Bittel en que habrá elecciones de nuevo en 1984, como fecha tope, y ello porque hay que hacer censo y normalizar los partidos políticos, "congelados".
Saúl Ubaldini, de 42 años, secretario general del sindicato peronista Confederación General del Trabajo (CGT) fue detenido a raíz de la manifestación organizada por su central en la plaza Dos de Mayo, el pasado 30 de marzo, tres días antes de la invasión de las Malvinas. Una semana después, ya en libertad, volaba al archipiélago junto con otros líderes sindicalistas y políticos y junto al ministro del Interior, general Alfredo Saint Jeann, que fue quien le mandó detener.
Ubaldini asegura que su sindicato defiende los "intereses supremos de la patria", lo que no es un obstáculo para que junto con la soberanía nacional se reclame "pan, paz y trabajo". Dice que su central agrupa a cuatro millones de trabajadores, y que el peroidismo no es de izquierdas ni de derechas, sino un movimiento nacional, humanista y cristiano. "Con la llegada de Perón, un glorioso 17 de octubre de 1945, se estableció en Argentina una tercera vía que no era intermedia, sino superior al capitalismo y al comunismo".
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