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Estreno mundial de la 'Sinfonía del mar', orquestada por Manuel Castillo, en homenaje a Turina

La Orquesta Nacional, bajo la dirección de Benito Lauret, dedica hoy en el Teatro Real un concierto extraordinario a la obra de Joaquín Turina. Junto a las Danzas fantásticas, la Sinfonía sevillana y la Rapsodia sinfónica, se programa, en estreno absoluto, la Sinfonía del mar, que el compositor sevillano dejó inacabada y que ha orquestado Manuel Castillo, también sevillano y profundo conocedor de la técnica y el estilo de Turina .

Mil veces se ha escrito que el tenia favorito de Joaquín Turina fue su propia ciudad natal: sus calles y rincones, sus tipos y ambientes, sus fiestas religiosas y profanas, el fluir del río o el de la cultura sevillana desde Bécquer a Machado. Poco se ha comentado, en cambio, la persistencia del mar en la obra turiniana, como motivo inspirado ry objeto de descripción. Es primero Miramar (Valencia) o Rompeolas (Barcelona), en sus Cuentos de España, de 1918; La bahía de Palma, en Mallorca, de 1928; el segundo número de sus Evocaciones, titulado simplemente Mar, e 1929, y del mismo año, las tres impresiones reunidas en Viaje marítimo (Luz en el mar, En fiesta y Llegada al puerto. En fin, dentro de la Fantasía italiana, de 1932, aparece Nápoles.Turina siente el mar desde orillas muy precisas, y no en un sentido absoluto, como Claudio Debussy en La mer; sus evocaciones discurren por vías pintorescas y evocativas, al modo de unos recuerdos de viaje que en muchos casos son reales y obedecen a vivencias concretas.

Entre los numerosos papeles dejados por Turina, tan minuciosamente estudiados por su yerno, Alfredo Morán, aparece un proyecto de Sinfonía marítima para orquesta con piano que debía tener cinco movimientos, dedicados, respectivamente, a Barcelona, Málaga, La Coruña, San Sebastián y Cádiz. Pero hasta 1945 no emprende el compositor la Sinfonía del mar, que hoy se estrena, de la que existen dos manuscritos para piano que contienen los dos primeros movimientos de una obra que debía tener tres, aun cuando advierte Turina que el último "casi puede decirse que son dos, puesto que debía incluir una introducción (Nocturno) seguida del fragmento denominado Luces.

Dudas de un compositor

Dudó Turina, como tantos compositores, a la hora del título de la obra: En el rompeolas (sinfonía marítima), primero, y después, Sinfonía del mar, en la que resulta válida la temática literaria que inicialmente se especificaba como subtítulo: Sobre una aventura de Minerva, el centauro y la gitana.Después de una estancia en San Sebastián, durante la cual el músico recorrió, una vez más, los parajes de la costa donostiarra, a pesar de sufrir ya la enfermedad que acabaría con su vida el 14 de enero de 1949, inicia Turina la composición de su sinfonía, forma que no practicaba desde la Sevillana de los años veinte. Los manuscritos aparecen muy terminados, no sólo escritos para piano, sino obedientes a la técnica pianística, que Turina dominaba. con primor.

En el mes de junio del pasado año recibe Manuel Castillo los originales de Turina para su orquestación. No quiso Castillo completar la obra, para lo que habría debido crear totalmente el tercer tiempo, del que no existe anotación alguna. Decidieron entonces, tanto la familia Turina como Manuel Castillo, poner en disposición de ejecución los dos movimientos trazados por Turina. El primero, en forma de lied, es un preludio de: 161 compases, y el segundo, en forma de sonata, lleva la denominación de Episodio trágico, que ha sustituido a la primitiva de La gitana.

No renueva sino que afirma Turina las características de su técnica y de su estilo, llevadas a la orquesta con. fidelidad por Manuel Castillo. Domina el carácter evocativo, el procedimiento narrativo, apoyado en motivaciones literarias, para devenir al fin pura objetividad. Desde el punto de vista de adecuación al medio, esto es, al Cantábrico, no encontramos otras alusiones concretas que algunos aires de zortziko, ya ensayados por el autor de una de sus danzas fantásticas, Ensueño.

Resulta interesante seguir las indicaciones escritas por Turina a lo largo de su partitura, que, por su motivación literaria, pueden explicar las intenciones ocultas del compositor, tal y como hiciera en obras precedentes: La gitana solloza en la plataforma del rompeolas, El centauro sufre, La gitana y el centauro contemplan la tragedia del mar, Tempestad en el mar, Lamentos de la gitana, Arrecia la tempestad, Ultimo esfuerzo de los remeros, Diálogo entre la gitana y el centauro, Llamada de Minerva.

Con el estreno de la Sinfonía del mar se añade a la parcela sinfónica de Turina un capítulo importante. En lo Musical, por su propio valor, y en lo emocional, por tratarse de los últimos pentagramas que escribió uno de los músicos más representativos del nacionalismo español contemporáneo, cuyo centenario conmemoramos.

El director de la Orquesta Municipal de Valencia, Benito Lauret, ha declarado a Efe que el aspecto más destacable de este estreno mundial es la incorporación en el catálogo de obras de Turina, no muy extenso, de una sinfonía más, que está en concordancia con la Sevillana o las Danzas fantásticas. Añade que las piezas musicales de Turina tienen gran vigencia.

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