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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un buen público

En el estreno de El Gayo Vallecano el verdadero espectáculo era el público: gente muy joven, del barrio, que desbordaba el aforo del local y se sentaba por los suelos, en los pasillos: donde podía y hasta donde no podía. Reía, seguía con atención las peripecias de la obra. Siempre gusta ver un teatro lleno, sobre todo de jóvenes, prendido de lo que se le ofrece en el escenario. Que no era demasiado brillante ni demasiado original.Juan Margallo, que es un buen director, es también el autor de esta obra arrevistada, parodística, repleta de alusiones a la actualidad y de bromas interiores para el mundo -mundillo- del teatro.

Hay una música prudente -de Jerónimo Martínez- cantada por voces moderadas, como es costumbre en este género de bromas escénicas. Parodias del Retablo de las maravillas, de La vida es sueño, o del Tenorio, alterados los versos para que resulten alusivos; incluso, quizá de Un día en la gloria, de Víctor Ruiz Iriarte -por el paralelismo de la situación.

¡Perdona a tu pueblo, Señor! (No estés eternamente enojado)

Original de Juan Margallo, música de Jerónimo Martínez. Intérpretes: Jesús Alcaide, Javier R. Bdanco, Andrés Cienfugos, Vicente Cuesta, Miguel Gallardo, Angel García, Petra Martínez, Nati Alcalde, Arantxa Pacheco, Enrique Castejón, Jerónimo Martínez, Antonio Camborio, Fernando Sastre. Dirección de Juan Margallo. Estreno: El Gayo Vallecano. 12 de marzo.

Como director, Juan Margallo ha conseguido una interpretación media, que reposa principalmente en Vicente Cuesta: hace un Don Quijote -hilo de todo el espectáculo- al que saca matices cómicos de efecto, acompañado por su Sancho, Andrés Cienfuegos, perfectamente adecuado. Añade gags de decorado que denotan su habilidad, ya conocida, de obtener buenas soluciones por poco dinero.

Nada va más allá, ni se introduce por ninguna vía hacia un pensamiento mayor. No importa. Si el espectáculo llega a reunir este público joven y abierto, como era el del estreno, y sumarles a lo que se representa, que en ningún caso es indigno aunque sea limitado de vuelos, habrá cumplido una misión importante.

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