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El proceso por la rebelión militar del 23 de febrero

Armada admite que habló con Milans de la posible sustitución de Suárez como presidente del Gobierno

El general Armada admitió ayer, en la decimotercera sesión del proceso contra los implicados en el intento de golpe de Estado del 23 de febrero, que, en una reunión celebrada en enero de 1981 en Valencia, comentó con Milans la posible sustitución de Suárez como presidente del Gobierno. Fuertemente acosado por las preguntas del abogado del teniente coronel Tejero, el ex segundo jefe del Estado Mayor del Ejército siguió negando, sin embargo, que dichos comentarios los hiciera a partir de unas supuestas confidencias que le habría hecho el Rey.

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Con el Interrogatorio del abogado de Milans del Bosch, coronel Salvador Escandell, al general Alfonso Armada, se reanudó ayer la vista del juicio. El presidente del tribunal interrumpió una pregunta del letrado que quería saber si el procesado, que se reafirma en su absoluta fidelidad al Rey, estaba dispuesto a sacrificarse y correr el riesgo de ser condenado a alguna pena por guardar un secreto.La pregunta, que el presidente del tribunal calificó de "capciosa", se produjo en el curso del diálogo que, nada más iniciada la sesión se produjo entre el letrado y el general Armada.

-Escandell: Su fidelidad al Rey, que se transmite de generación en generación, y de la que piensa usted hacer honor, pase lo que pase, ¿tiene relación con algún impedimento para decir la verdad?

-Armada: Esa afirmación la hice relacionándola con el hecho de que mi fidelidad no iba a variar por cualquier sanción que me puedan imponer, por ser procesado o no, por ser condenado o absuelto.

-Escandell: ¿Está dispuesto incluso a sacrificarse con el conocimiento...

Tras la interrupción del presidente del tribunal, que se produjo en ese momento, el abogado Escandell preguntó a Armada si manifestó su deseo de ir a la Zarzuela en la tarde del 23 de febrero, a lo que el declarante contestó que habló con Sabino Fernández Campo, secretario del Rey, y le hizo un ofrecimiento completo para ir al Palacio. "En la declaración de Gabeiras", afirma Armada, "se dice que yo quería ir a la Zarzuela, cuando, en realidad, 'a donde yo quise ir es al Congreso". Luego aseguró que poco antes de dirigirse a la Cámara, de los Diputados, recibió la contraseña duque de Ahumada desde Valencia. "El teléfono lo cogió Gabeiras y me lo pasó para que recibiera la contraseña".

-Escandell: ¿Cómo es posible entonces que dijera a las nueve de la noche a Sabino Fernández Campo que ya tenía la contraseña, si fue al Congreso de madrugada?.

-Armada: Sabino Fernández Campo en su declaración dice que no recuerda bien las horas, y eso mismo me pasa a mí. Posiblemente los que me transmitieron la contraseña podrían aclarar a qué hora me dieron la contraseña y yo aceptaré de buen grado la hora que digan.

El abogado dirigió entonces sus preguntas hacia la reunión celebrada el dia 21 de febrero en la Calle del Pintor Juan Gris, a la que, según ha declarado Tejero, asistió Armada, quién ha negado sistemáticamente este extremo.

-Escandell: ¿Asistió usted a esa reunión con. el teniente coronel Tejero? Porque hay una hora perdida ese día, en. torno a las ocho y media y las diez de la noche, en lo que usted dijo que hizo...

En ese momento el presidente del tribunal volvió a interrumpir al defensor de Milans, por considerar que se estaba moviendo en el terreno de las suposiciones y estaba presuponiendo, de antemano, que Tejero se entrevistó con Armada.

-Armada: Yo invitaría a cualquiera que, en una tarde normal y distendida, sepa a qué hora ha salido de cada sitio. Ya sé. que como coartada es muy endeble, pero si hubiera querido engañar, habría buscado una coartada más sólida.

Las condiciones de la rendición

A una pregunta del mismo letrado sobre la comida celebrada en Lérida, meses antes del 23-F, con Joan Reventós, Enrique Múgica y el alcalde de la ciudad, Antonio Ciurana, el declarante aseguró que en la misma no se habló de la posible formación de un gobierno de concentración. No obstante indicó que los responsables de las cosas que se dicen son, precisamente, quienes las dicen, "y yo", dijo Armada, "no puedo hacerme responsable de las manifestaciones del señor Múgica".El coronel Escandell preguntó a Armada cómo se explicaba que hombres de honor como Milans, Tejero, Pardo Zancada, Torres Rojas y otros le citen como implicado en la operación que se preparaba, y él lo niegue todo. El declarante respondió que no se puede meter en las intenciones de los demás. "Yo", afirmó, "veo las cosas de otra manera y las explico claramente para que pueda juzgar el tribunal".

El abogado Gerardo Quintana, defensor del general Torres Rojas, preguntó en su turno a Armada si había aceptado en nombre del Gobierno el documento de condiciones para la salida de los asaltantes del Congreso, a lo que el procesado respondió que estaba convencido de que era así. Luego quiso saber el letrado si, a su juicio, se discriminaba a los tenientes de la Guardia Civil respecto de los de la División Acorazada, y Armada dijo que él creyó en todo momento que los oficiales subalternos quedaban exentos de responsabilidad. "Si no se ha entendido así", precisó, "creo que es por defecto de forma. Tal vez el documento no estaba muy claro, pero para mí sí lo estaba. Agradezco que me haya hecho esta pregunta porque esto pesaba en mi conciencia".

En el momento en que el abogado le preguntó al procesado si creía que, en ese sentido, el Gobierno había incumplido las condiciones de salida de los asaltantes del Congreso, intervino, una vez más, el presidente del tribunal para puntualizar que en aquella noche no existía Gobierno y que era mejor hablar de las autoridades que en ese momento ejercían las funciones propias del gabinete. El letrado preguntó entonces si, en su opinión, esas autoridades habían incumplido las condiciones, a lo que el procesado dijo: "No es mi misión juzgar a las autoridades. No puedo afirmar que se incumplieran. Yo he intentado aclarar la situación, pero no he podido.

Una razón de prestigio

A la pregunta de si recibió a las siete de la tarde del 23 de febrero una llamada del General Juste, Armada manifestó que no recordaba la hora en que ésta se había producido. "Yo", precisó el declarante, "le negué que se utilizara mi nombre para nada".En su turno de preguntas, el abogado Adolfo de Miguel, defensor de Camilo Menéndez, Pardo Zancada y García Carrés, se interesó primero por sus años de servicio al Rey y, luego, por el papel que jugó en su apartamiento de la Casa Real, en 1977, una carta que escribió en favor de Alianza Popular en plena campaña electoral. Negó haber escrito dicha carta.

El letrado le preguntó entonces si en Semana Santa de 1977 se encargó de sondear a los generales para saber como aceptarían la legalización del Partido Comunista. Puntualizó el procesado que dicha consulta la efectuó después de la legalización, por encargo del Rey.

Adolfo de Miguel preguntó a Armada cómo se explicaba que en la tarde del 23-F le llamaran a la Zarzuela, al Cuartel General del Ejército y que, al mismo tiempo, se le esperara en el Congreso. El declarante dijo que, en un principio, le pareció que la razón de que le buscara tanta gente podía ser su prestigio. "Hoy pienso", añadio, "que el prestigio no era tanto".

El mismo letrado quiso saber si, en la tarde-noche del 23-F, temió que los rehenes del Congreso podían ser sacrificados. Armada manifestó entonces que "después de haber conocido a los que tenían a los rehenes, estoy seguro de que no se podía haber producido ninguna muerte violenta". Precisó, en este sentido, que entendió en aquel momento que, de acuerdo con la cadena de mando, tenía que hacer lo que fuera necesario para solucionar la situación y que, de hecho, le empujaron casi a que la resolviera. Matizó, sin embargo, que le dijeron que no mezclase al Rey en el asunto y que las acciones que llevara a cabo y no dieran resultado, serían de su responsabilidad.

Insistió mucho Armada en puntualizar que sus gestiones con Tejero fueron hechas a título personal y volvió a negar su participación en la reunión de la calle del Pintor Juan Gris y, por tanto, que en la misma hubiera ordenado a Tejero que tomara el Congreso. Adolfo de Miguel le preguntó si pensó seriamente que podía ser presidente de Gobierno cuando le llamó Milans para proponérselo, y el procesado respondió que esa posibilidad se le antojaba entonces muy lejana. En este sentido matizó que ese asunto era en aquel momento una solución de emergencia, ya que pensaba que no reunía en su persona las condiciones necesarias para ser presidente.

-Adolfo de Miguel: ¿Cree que los diputados iban a aceptar fácilmente su solución o contaba con apoyos dentro del Congreso?

-Armada: No conocía, con anterioridad, las opiniones de los parlamentarios.

-Adolfo de Miguel: Cuando llegó usted al hotel Palace, ¿dijo que la situación era grave y que había situaciones dudosas en varias capitanías?

-Armada: Creo que, efectivamente, dije que había situaciones dudosas en varias capitanías y me preocupaba la escisión del Ejército. Esta opinión la tenía por haber realizado antes conversaciones telefónicas, pero tal vez las valoré mal.

A una pregunta del mismo abogado, Armada reconoce que recibió una carta de Pardo Zancada pidiéndole que dijera la verdad, que la aportó a la causa y que no la contestó por razones obvias.

El general Armada comenzó a ser interrogado después por el defensor del coronel Manchado, Francisco López Silva, quien, centró sus preguntas sobre la oferta de un avión para salir de España a los ocupantes y sobre el ofrecimiento a Pardo para abandonar del Congreso. A este respecto, Armada dijo que "iba a haber avión para todos" y no se pronunció sobre la oferta a Pardo de quedar exento de responsabilidad si abandonaba el palacio de las Cortes "porque por mis manos no pasaron esas condiciones".

Sobre el tema de los acuerdos para la rendición de los ocupantes, comenzó su interrogatorio el abogado López Montero, defensor del teniente coronel Tejero. Armada se ratificó en lo dicho ya sobre este asunto a anteriores abogados. Después de responder con un "creo que sí" a la pregunta de si el Rey dio el último visto bueno a las condiciones pactadas, afirmó que no hacía juicios de valor sobre si esas condiciones se habían cumplido. Intervino entonces el presidente del tribunal para afirmar que él si creía que se habían cumplido, lo que provocó algunos comentarios entre familiares y comisiones militares.

Armada admite haber hablado de Suárez

El abogado López Montero interrogó entonces a Armada sobre las supuestas confidencias que le habría hecho el Rey y sobre si habló de ellas con Milans en Valencia.-López Montero: ¿Su monarquismo generacional le impide decir cuanto sepa?

-Armada: No.

Insistió a continuación el abogado sobre cada uno de los posibles puntos de conversación de Armada con Milans: la supuesta afirmación del Rey de que "estaba harto de Adolfo Suárez", los eventuales presidentes de recambio y la posibilidad de un gobierno de civiles o militares. "Si esas son observaciones que se quieren poner en mi boca, son observaciones de Alfonso Armada, pero no que el Rey me había hecho. Lo hice a título personal, pero muchas no son exactas", aseguró el general procesado.

-López Montero: Pasemos revista entonces a esas cosas que usted dice que no son exactas. ¿Dijo usted a Milans que el Rey estaba harto de Suárez?

-Armada: No lo dije, porque no tenía elementos de juicio. Estoy seguro de no haberlo hecho. Lo deseaba, pero...

-López Montero: Bueno, ¿pero salió a relucir una frase así, si no textual, parecida, de que el Rey estaba harto de Suárez?

-Armada: La acepto.

Preguntado si el Rey estaba considerando la posibilidad de cambiar a Suárez, el general contestó que "eso, en absoluto". A la pregunta de si el Rey había repasado la lista de posibles presidentes y no encontraba ninguno, Armada respondió que "esto fue una conversación de cafe entre Milans y yo. Los dos estuvimos pensando si había un sustituto para Suárez, pero entre nosotros".

-López Montero: ¿Usted le dijo a Milans que el Rey se inclinaba por un gobierno de civiles y la Reina por uno de militares?

-Armada: Conozco muy bien al Rey y a la Reina, y doña Sofia no tenía manía a los militares, ni le ha impactado el golpe de los coroneles en Grecia, aun cuando ella estaba allí en esa fecha. Pero que quisiera una solución militar, me parece que no tiene que ver con su persona. Eso no se dijo ni se comentó.

Sobre una posible acción "que habría que reconducir", Armada afirmó que habló con Milans de la situación de disgusto en el Ejército y que si se producía alguna acción violenta "se dijo que tendría que reconducirla el Rey". "No recuerdo nada taxativamente de reconducir" añadió, "porque las fuerzas que teníamos entre los dos no nos permitían reconducir nada y no se habló en ningún momento de acciones concretas". Más adelante Armada negó conocer a grupos concretos y sus intenciones.

"Un general de división no puede ser la clave de todo"

Como López Montero le señalara las diferencias entre sus declaraciones y las de Milans, Armada admitió: "Lo veo palmariamente". Interrogado por qué cree que Gabeiras afirmó en su declaración que desconfiaba de él, el general procesado respondió: "Para mí es inexplicable. Como va a ser testigo, pregúnteselo a él". Con un "pregúnteselo a él", contestó igualmente Armada a la pregunta de por qué Sabino Fernández Campo le impidió ir a la Zarzuela la tarde del día 23. Replicó entonces el abogado que no podía hacerlo porque aquél no estaba citado como testigo.-López Montero: ¿Cómo explica que en Valencia, en la División Acorazada y en el Congreso, el nombre de Armada sea el punto neurálgico de todo?

-Armada: ¿Usted concibe que un general de división sea el sésamo, abréte en todas las ocasiones?

A título personal

En ese momento, el ex segundo jefe del Estado Mayor del Ejército intentó preguntar algo a López Montero, pero fue interrumpido por el presidente del tribunal, por lo que Armada dijo que retiraba su pregunta.Armada insistió luego en que no llamó por teléfono a Milans el 22 de febrero cuando éste se encontraba con Mas y Pardo Zancada en Valencia en un piso del coronel Ibáñez. Sobre la oferta hecha a Tejero en el Congreso, el general procesado dijo que "si retiraba las metralletas para poner al Gobierno en libertad, después los diputados, con plena libertad, podían decidir si un militar era presidente de un Gobierno de transición o no". Negó, sin embargo, que pensase pedir a los diputados que ese presidente fuera él mismo.

-López Montero: ¿Le ofreció dinero a Tejero?

-Armada: No hablamos de dinero. La oferta era la del avión.

-López Montero: ¿Pero se habló de dinero?

-Armada: Hombre, se sobrentendía que algo necesitarían para los gastos, pero no descendimos a cantidades.

Esta última afirm.ación produjo numerosos comentarios entre los asistentes a la vista. Respondiendo a nuevas preguntas, Armada afirmó que Tejero no le había dicho que se había sublevado contra el Rey o el Ejército y que tal vez la intención de Tejero era la disolución de las Cortes, "pero ¿quién era él para disolverlas?". Preguntado sobre si Tejero estaba a las ,órdenes de alguna jerarquía militar, el interrogado respondió que "se apoyaba en algo superior que no me manifestó nunca lo que era".

Sobre si dijo a Tejero que estaba a las órdenes del Rey, Armada respondió que advirtió al teniente coronel que había hablado con Don Juan Carlos antes de ofrecer el avión, y como el abogado insistiera si le dijo a Tejero que estaba autorizado por el Rey, el general respondió: "le dije que estaba autorizado por la cadena de mando militar. Por el general Gabeiras".

Armada cita el catecismo Ripalda

Respecto a la fórmula que iba a proponer al Congreso, Armada aseguró que encajaría "en la soberanía del pueblo, representada por los parlamentarios". Precisó luego el general que Gabeiras le dijo exactamente "vete al Congreso y resuelve la situación"; que no sabía si Gabeiras estaba autorizado por el Rey; y que Sabino Fernández Campo, jefe de la Casa del Rey, le dijo siempre que lo hiciera a título personal y a través de la cadena de mando.-López Montero: ¿Las personas que han realizado declaraciones contrarias a la suya, como Milans, Laína, Sánchez Harguindey, etc., mienten?

-Armada: No lo creo. Yo entiendo por mentir lo que dijo el viejo Ripalda: que es lo contrario de lo que se piensa con intención de engañar.

-López Montero: ¿Quién es el que dice la verdad?

-Armada: Yo, creo que soy yo el que digo la verdad.

-López Montero: ¿El resto miente?

-Armada: No señor, no puede usted sacar una conclusión que no es exacta.

Intervino a continuación el letrado Martín Fernández, abogado del teniente coronel Mas Oliver. El defensor trató con sus primeras preguntas argumentar que existía "un estado de necesidad en la sociedad", pero fue interrumpido en una ocasión por el presidente diciendo que la pregunta no hacía al caso. En otro orden de cosas, Armada admitió que era artillero pero respondió negativamente cuando el abogado le preguntó si había cotivivido con Gutiérrez Mellado durante la guerra civil.

A preguntas del defensor del comandante Cortiria, Armada afirmó que nunca había visto a solas a aquél ni había tenido ninguna reunión con él.

Seguidamente, el abogado del capitán Batista preguntó al general Armada si había tenido, aquella noche, noticia de la ocupación de la emisora La Voz de Madrid (imputada a su defendido) y el interrogado respondió que no se le comunicó nada. Añadió el ex segundo jefe del Estado Mayor del Ejército que, cuando habló la tarde del día 23 con Juste, le pareció que éste conservaba el mando de la División Acorazada y que expresó a Juste que desautorizaba a quienes estaban invocando su nombre (el de Armada) en la división. Preguntado si dio órdenes para que se arrestara a quienes utilizaban su nombre, Armada contestó que no.

El siguiente deferrsor, el del capitán Pérez de la Lastra, insistió sobre las contradicciones en las que incurría con otros procesados y Armada respondió que era consciente de ellas.

A preguntas del mismo abogado, el general procesado afirmó que la actitud de los guardias que estaban dentro del Congreso era "resuelta y de ocupación" y que no recordaba exactamente si Pérez de la Lastra estaba o no dentro del Congreso.

El defensor del capitán Lázaro, Sanz Arribas, volvió en su interrogatorio a la reunión del Milans y Armada, el 10 de enero en Valencia. Preguntado si Milans mentía, el general Armada respondió: "No falta a la verdad. En una conversación de alcance se pueden interpretar muchas cosas". Negó nuevamente el interrogado que se hablara de algún grupo violento o de la "solución Armada" y que se barajara su nombre como posible presidente del Gobierno. "Creo que ese fue un comentario posterior".

Tejero quería una junta militar

Insistió una vez más el procesado sobre su versión de por qué negó unte el capitán general de Cataluña haber visto a Milans en Valencia, hecho que, como hizo ya en varias ocasiones en la sesión del martes, atribuye a un malentendido.

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