Opiniones dispares sobre la toxicidad de los bidones hallados en aguas gallegas
«Los bidones que vienen apareciendo en las aguas de las costas gallegas contienen un compuesto tóxico, el diisocionato de tolueno, que por ingestión oral puede causar graves trastornos, aunque cuando más tóxico resulta es por inhalación, ya que produce dermatitis graves, espasmos bronquiales y, según las dosis, hasta la muerte», ha declarado a la agencia Radial Press el doctor Tijero, miembro del departamento de toxicología de la facultad de Químicas de la Universidad Complutense de Madrid
Estas declaraciones contrastan con las de la Consejería de Sanidad de la Xunta gallega, que afirma que no hay peligro alguno, aunque en un comunicado oficial han advertido a la Comandancia de Marina que no se faene en esa zona. Igualmente, la casa Bayer, multinacional alemana de la industria química a la que pertenecen los bidones que aparecen flotando en el mar, ha declarado que el doctor Tijero «no miente, pero tampoco dice toda la verdad, porque la sustancia en que se convierte el compuesto que llevan los bidones al entrar en contacto con el agua es inofensiva».El doctor Tijero manifestó que en experimentos de laboratorio morían la mitad de los cobayos contaminados con este producto al ingerir seis miligramos de este compuesto o al inhalar durante unos quince minutos catorce partes por millón de este producto disuelto en el aire. Tijero considera que en contacto con el agua este producto no deja de ser peligroso, ya que se origina una reacción de hidrólisis que lo hace muy poco biodegradable y difícil de descomponer.
«Si se abre un bidón», afirma Tijero, «por supuesto que afecta a la zona y a los productos marinos, ya que se trata de un tóxico. El radio que puede resultar contaminado es difícil de calcular. Lo normal es que estos bidones se fueran al fondo del mar, ya que la densidad de este producto es superior a la del agua. La única explicación para que se haya encontrado alguno flotando es la cámara de aire que se suele dejar en los envases de los compuestos volátiles».
La casa Bayer ha declarado a Radial Press que «aún no se ha podido averiguar la procedencia de estos barriles, si bien se piensa que pueden provenir del barco griego Araucs, que a mediados del pasado mes de diciembre realizó un viaje de Amberes a Grecia y que sufrió una avería a la altura de La Coruña, en cuyo puerto efectuó la reparación». Los portavoces de la Bayer opinan que el tema «se ha desmesurado mucho». Cuando los miembros de la Xunta vieron una calavera en las etiquetas de los bidones», dicen, «se asustaron y llamaron a nuestros laboratorios farmacéuticos, que dijeron que nosotros no fabricábamos este producto».
Explicaciones de Bayer
Ante la pregunta de por qué la casa Bayer no envió ningún técnico a La Coruña desde el 10 de febrero, día en que aparecieron los primeros bidones, hasta el pasado día 22, los portavoces de la empresa alemana aclararon que ellos lo enviaron «cuando lo solicitó la Junta de Galicia y que, por otra parte, el retraso fue también debido a que inicialmente se había pensado trasladar los bidones a los laboratorios centrales de Bayer en España, situados en Tarragona, pero luego la Xunta cambió de idea y entonces un jefe de plantilla de Bayer se trasladó a La Coruña, donde demostró que de ese compuesto se hacen colchones, y que el producto no es peligroso sabiendo manejarlo».La Comandancia de Marina de La Coruña ha confirmado que el barco griego Araucs arribó al puerto coruñés el pasado 19 de diciembre y prosiguió su viaje el día 25 del mismo mes. El barco iba cargado con 8.000 toneladas de carga general y llevaba doscientas toneladas de productos de la firma Bayer envasados en bidones de 250 kilos de peso cada uno. La empresa Bayer ha anunciado que en dos o tres días esperan que la casa central en Alemania informe sobre el paradero de estos bidones.
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