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Rafael Alberti celebra su premio de teatro comprando música clásica

"Cuando me enteré de la noticia decidí premiarme a mi mismo" y así, igual que cuando me dieron en el año 24 el Premio Nacional de Literatura me gasté un dinero en helados y 1.000 en un gabán, una chaqueta y una gorra que perdí enseguida, ahora salí corriendo y me compré una casete de El mar, de Debussy" declaró el poeta y dramaturgo gaditano Rafael Alberti a EL PAIS mientras compraba otras tres casetes de Mozart, Bach y Vivaldi.

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"Después me senté en un sofá" añadió "y me puse a oír El mar. Me quedé dormido; hacia las tres de la madrugada me desperté, pero ya El mar había desaparecido. Entonces me puse a pensar en este premio que me han dado y que de ninguna manera podía ni sospechar, y me dije: Bueno, pues por lo menos hay unos pocos a quienes les gusta mi teatro". "Yo sé", dijo más adelante, "que la literatura está hecha a base de premios; los niños en las escuelas estudiarán por premios". Sin embargo a usted los niños ya le estudiaban desde mucho antes. "¿Ah, sí?; bueno, pues será porque recuerdan lejanamente el que me dieron en el año 24, y además esos serán los niños de ahora, ¿verdad?".Recuerda Alberti que su teatro fue primeramente interpretado por quien ha sido nueva y recientemente considerada otra vez "la más grande actriz trágica que ha habido en España": Margarita Xirgu; "sin duda, ella ha sido la más grande, la más valiente, la gran actriz que se lo jugaba todo sin anteponer ningún problema económico, e incluso perdiendo mucho dinero; fue una gran militante del teatro. Sigo sintiendo por ella verdadera veneración y un grandísimo cariño. Siento no haber sabido que le iban a rendir en Madrid un homenaje, porque hubiera venido de Roma. Ella estrenó varias obras mías. Tuve la suerte de que fuera ella quien estrenara El adefesio en Buenos Aires, y luego aquí en España lo interpretó otra grandísima actriz, María Casares, a quien desgraciadamente no pude ver, y a la que admiro y quiero muchísimo. Reconozco haber sido un privilegiado por ello".

Dice Alberti haber tenido la desgracia de no haber visto representado a lo largo de su vida su teatro, "y un autor que no ve su teatro es como si andara a ciegas. Viendo el teatro se aprende, se ve dónde están los fallos; es la experiencia lo que nos va enseñando. El teatro tiene unos resortes que hay que conocer y que sólo se ven al ponerse en escena".

Referente al llamado complejo de Lorca, Rafael Alberti dice: "Es inútil que quieran enfrentarme con Federico, porque no lo lograrán. Esas son las leyendas propias de esta parte del planeta "donde vaga errante la sombra de Caín". Pero yo sigo siendo fiel al recuerdo y a la enorme amistad que tuve siempre con Federico; él fue un grandísimo dramaturgo y poeta, y desde esa fidelidad digo que eso que dicen es una tontería. Mi teatro no tiene nada que ver con el de Federico. Quizá haya una coincidencia de temas entre El adefesio y La casa de Bernarda Alba, pero es Andalucía la que nos une. El resto de nuestras obras teatrales no tiene nada que ver. Evidentemente, Federico y yo tuvimos una formación similar, pero los dos la hemos traducido literariamente de formas distintas".

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