La URSS insiste en el mantenimiento de Polonia en su zona de influencia

La URSS no aceptará nunca, excepto si se ve obligada, poner en tela de juicio el reparto de Europa acordado en los acuerdos de Yalta y el statu quo político que fue confirmado por los acuerdos de Helsinki, opinan los observadores diplomáticos en la capital soviética.Ni el rechazo matizado del pacto de.Yalta por el presidente galo, François Mitterrand, ni la sugerencia del secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, de convocar a los 35 países firmantes del Acta de Helsinki para asistir a "una reunión especial sobre Polonia" tienen la menor posibilidad de ser escuchados por el Kremlin, añaden los observadores.

La URSS reiteró estos últimos días su categórica oposición a cualquier intento de "internacionalización" del problema polaco, que sigue siendo un asunto meramente interno que sólo pueden sólucionar los propios polacos.

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Antes incluso de que Mitterrand denunciara el reparto de Europa en zonas de influencia soviética y norteamericana, el Kremlin mencionó expresamente, hace unos diez días, los acuerdos de Yalta y aprovechó laocasión para advertir a Occidente sobre cualquier modificación del estatuto de Polonia.

El 23 de diciembre pasado la URSS recordó a sus aliados de la segunda guerra mundial la división de Europa, decidida al borde del mar Negro en 1945, y dio claramente a entender que no estaba dispuesta a tolerar ninguna interferencia en su zona de influencia.

Esta advertencia se produjo poco después de que: el Kremlin reafirmase la necesidad de "preservar la integridad territorial" de Polonia y el trazado de las fronteras surgidas al término de la segunda guerra mundial.

El llamamiento del jefe del Estado francés contra el acuerdo de Yalta, que "oprime y domina a Polonia", sólo podrá ser percibido en Moscú como la confirmación de la política atlantista del Gobiernó socialista francés.

Los acuerdos de Helsinki, como los de Yalta, han sido también invocados en numerosas ocasiones por el Krerrilin para denunciar la actitud de Estados Unidos, acusado de "estimular, respaldar y financiar la contrarrevolución" en Polonia.

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