El presidente François Mitterrand censura el reparto del mundo impuesto por los acuerdos de Yalta

Todo lo que permita salir del marco creado por los acuerdos de Yalta "será bueno", afirmó anteanoche el presidente de la República Francesa, François Mitterrand, en su mensaje de fin de año, que tuvo un carácter profundamente político. Mitterrand invitó a los franceses a oponerse "al sistema que oprime a los polacos". En el plano nacional hizo un balance positivo de su acción y aseguró que las reformas realizadas "no son más que un esquema de una sociedad más justa".

El Kremlin recordó días atrás la vigencia de los acuerdos de Yalta e, implícitamente, el reparto del mundo que conllevan, como señal de advertencia a los occidentales sobre su actitud respecto a Polonia. Hace tres días tan sólo, el secretario general del Partido Comunista francés (PCF), Georges Marchais, dijo claramente en la televisión francesa: "La Unión Soviética no tiene nada que ver con los acontecimientos de Polonia". Anteanoche, Mitterrand, al pronunciar la frase más importante de su discurso -"todo lo que permita salir de Yalta es bueno"-, respondió a Moscú y a Marchais, y más indirectamente, a Estados Unidos, ya que este país fue beneficiario del reparto de Yalta.

Mitterrand, con su frase inconoclasta, de corte específicamente gaullista, se opone, por razones diferentes, a la URSS y a Estados Unidos y, con la misma afirmación, corrobora la de su primer ministro, Pierre Mauroy, que hace pocos días manifestó que "la URSS está detrás del golpe de Varsovia", oponiéndose así, gravísimamente, a la valoración que Marchais y su Partido Comunista hacen de la cuestión polaca.

¿Pero cómo salir de Yalta, y para ir a dónde?, se preguntan analistas próximos al Gobierno como el del diario parisiense Le Matin. La construcción europea, de la que Mitterrand habló de pasada, señalándola como uno de sus objetivos para 1982, puede ser un medio. Y una fuerza de defensa autónoma europea sería el complemento indispensable para ello, pero de esto Mitterrand no habló y el resto de los europeos no lo considera mínimamente plausible por ahora.

Contradicción total

En el plano interior, dada la contradicción total entre los comunistas y socialistas a propósito de Polonia, con todo lo que implica este asunto (una concepción de la libertad, es decir, de la sociedad), la frase-bomba de Mitterrand, "salir de Yalta", debiera consumar la crisis gubernamental que, desde que estalló el golpe de Varsovia, amenaza a la coalición del gabinete Mauroy, en la que participan cuatro ministros del PCF.

Pero el propio Mitterrand es consciente de la distancia existente entre. las palabras y su traducción en hechos. Tras afirmar que "hay que salir de Yalta", añadió prudentemente, "a condición de no ponfundir nunca nuestros deseos con la realidad de hoy". En cualquier caso, refiriéndose concretamente a Polonia, invitó a sus ciudadanos a "rechazar el sistema que la oprime y la dominación que la engendra", es decir, el sistema comunista y la Unión Soviética, frase destinada, también, a la meditación de Marchais y de Moscú.