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Reportaje:Ingeniería genética, la "vedette" de la investigación científica / 2

En 1985 será posible la aplicación terapéutica de "interferón" producido por bacterias

Las bacterias constituyen, en casi todas las investigaciones, el material básico de trabajo, por sus características favorables a la manipulación. El proceso general que se sigue (en cada caso hay variaciones específicas) consiste en transferir fragmentos de DNA (molécula donde se guarda la herencia genética y los mecanismos para transmitirla) de una célula a una bacteria para que se exprese en ella.Una de las propiedades de las bacterias es su asombrosa capacidad reproductiva: una bacteria se reproduce en un tiempo que oscila entre quince y treinta minutos; en veinticuatro horas y en condiciones óptimas de alimento y recipiente ilimitados, se habría multiplicado hasta alcanzar una masa cuyo peso sería varias veces el de la Tierra. Esta facilidad de reproducción de las bacterias es aprovechada en la investigación: si a una bacteria se le introduce DNA, que lleva consigo la proteína que codifica la hormona del crecimiento humano o del interferón, al multiplicarse multiplicaría también la producción de esa hormona o proteína y daría lugar a grandes cantidades del producto deseado.

El campo en que más resultado está dando la aplicación de técnicas de ingeniería genética, y en el que las bacterias son la base del trabajo, es el de la elaboración de productos de utilización en medicina y veterinaria (hormonas, vacunas, proteínas), un campo que precisamente tiene poco desarrollo en España pero que a escala mundial ha suscitado grandes expectativas industriales. El ejemplo más conocido y espectacular de las investigaciones que se llevan a cabo en varios países de Europa y Estados Unidos es el del interferón, debido a las esperanzas que se han depositado en este producto como medio para la curación del cáncer.

Pero prescindiendo de que el interferón pueda llegar o no a curar el cáncer, tiene otra serie de aplicaciones importantes en el tratamiento de enfermedades virales, pues la proteínas que lo componen tienen la capacidad de producir en las células una resistencia a los virus. El problema que se plantea y al que la ingeniería genética trata de dar solución es el de la escasez de este producto: hacen falta dos litros de sangre humana para obtener un microgramo de interferón, lo cual hace imposible realizar grandes tratamientos a base de esta proteína. Sólo la ingeniería genética puede producir, mediante bacterias a las que se les introduce el gen del interferón, grandes cantidades, e incluso modificar los genes y lograr nuevos tipos de ínterferón aplicables a distintas enfermedades, por lo que actualmente hay al menos ocho interferones en experimentación.

El caso de la insulina y de la hormona de crecimiento son similares al del interferón. La insulina necesaria para el tratamiento de diabéticos se extrae en la actualidad de páncreas de animales, una operación que no será precisa cuando la insulina que se estáproduciendo con bacterias esté suficientemente perfeccionada y sea eliminado cualquier riesgo de toxicidad. La hormona de crecimiento es más escasa y costosa que la insulina, ya que se trata de una proteína específica de. la especie que sólo podía ser obtenida hasta ahora a partir de los cadáveres humanos. La producción mediante técnicas de ingeniería genética resuelve el problema de la escasez y posibilíta su aplicación en todos los casos necesanos.

Estas tres proteínas, interferón, insulina y hormona de crecimiento, están ahora en fase de prueba (en algunos casos con personas). Su comercialización es cosa de pocos años. Hacia 1985, afirma el documento La ingeniería genética en la biotecnología, editado por el CDTI, será posible la aplicación terapéutica del interferón producido por bacterias, e incluso más avanzados parecen estar los experimentos relativos a la insulina y la hormona de crecimiento.

Otro grupo importante de medicamentos en que se investiga con métodos de la ingeniería genética es la producción de vacunas. Un sector en el que sí hay investigación en España. El Centro de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, es el organismo más avanzado en ingeniería genética en nuestro país, según los expertos. En él se realizan en estos momentos investigaciones sobre el virus de la peste porcina africana, la fiebre aftosa y la gripe humana, con el objetivo de conseguir vacunas adecuadas para su tratamiento.

Obtención de vacunas

Pero el proceso que lleva a conseguir una vacuna no es sencillo, y los resultados no pueden producirse inmediatamente después de iniciarse una investigación. Todos estos proyectos necesitan un trabajo de fondo, a veces largo. Esteban Domingo, colaborador de este centro, explica el caso de la peste porcina: «Para la investigación del virus que produce esta enfermedad se necesita tener, en primer lugar, una cantidad suficiente de virus en el laboratorio. Los virus que se encuentran en el animal no son suficientes, y entonces el primer paso ha sido obtener este virus en forma de clones, en bacterias, para poder estudiar así su estructura molecular y los mecanismos por los que produce la enfermedad. Este es un gran adelanto que ya ha sido presentado en congresos y que constituye además uno de los éxitos de este centro».Cuando se le pregunta a un investigador por los plazos en que va a haber resultados prácticos que se puedan aplicar a la agricultura, la ganadería o la medicina, parece que se le están pidiendo cuentas sobre su trabajo, que se desconfia de que lo que está investigando tenga algún día una aplicación más allá de la teoría. El profesor García Olmedo rechaza, en este sentido, la idea de que se hagan investigaciones inútíles, puesto que todas tienen un sentido, aunque su puesta en práctica no se haga de formá inmediata. «Se experimenta mucho, pero yo creo que en ningún caso se hace alegremente, aunque sólo sea por el coste de la investigación. Esto no quiere decir que no se llegue en muchos casos a una éspecie de vía muerta, pero aun así no se ha trabajado en vano. La labor del científico es de búsqueda, y en esta búsqueda no podemos ir con criterios estrechos. Si se hubiera seguido esa idea, la ingeniería genética habría constituido un fracaso de la ciencia, porque no hay que olvidar que en un principío fue puesta en práctica porque se pensaba que sería un método eficaz para la posible curación del cáncer, y sin embargo no ha conseguido curarlo. No obstante, es innegable que está posibilitando la solución de incógnitas científicas a través de las cuales, en una especie de rodeo de lo que en principio se pensó, se puede llegar a dar algún día con la solución para el cáncer».

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