Intelectuales castellanos y catalanes coinciden en la voluntad de profundizar las relaciones entre ambas culturas
Jordi Pujol inaugura y clausura los "Encuentros" de Sitges
La voluntad de un diálogo entre las culturas catalana y castellana es el denominador común de la Trobada d'intelectuals (Encuentro de intelectuales) de ambas lenguas que el pasado domingo se inauguró en la localidad barcelonesa de Sitges, y que se clausurará hoy en el palacio de la Generalidad, con la participación de unas ochenta personalidades de los dos mundos culturales que se encuentran. La repentina enfermedad del escritor Jesús Fernández Santos, que hubo de ser ingresado el pasado sábado en un hospital de la Ciudad Condal, aquejado de un proceso hemorrágico del que ayer se recuperaba favorablemente, creó un clima de preocupación entre los asistentes al Encuentro, en el que tenía anunciada su participación.
Fernández Santos, crítico de cine de EL PAIS, sufrió una hemorragia digestiva debida a varices esofágicas mientras se hallaba descansando en su hotel. El escritor, que había ido a Barcelona para participar en actos relacionados con la aparición de su libro más reciente, fue alojado inmediatamente en el Hospital de San Pablo. A pesar de que en un principio los médicos que le atienden habían emitido un pronóstico reservado, sobre su condición, Fernández Santos se encontraba ayer mucho mejor y se confiaba en su pronta recuperación.El Encuentro sobre las relaciones entre las culturas catalana y castellana comenzó el domingo con varios actos simbólicos. Por una parte, el presidente de la Generalidad de Cataluña, Jordi Pujol, a quien se debe la iniciativa de la organización de este encuentro, dirigió en castellano su mensaje de bienvenida a todos los asistentes en uno de los salones del palacio Maricel, de Sitges, lugar en otros tiempos donde se cimentó la voluntad moderna y europea de la Cataluña de hoy, según recordó el propio presidente. Por otro lado, la soprano Carmen Bustamante cantó en castellano y en catalán.
Jordi Pujol se mostró consciente, por otro lado, de la situación que hace necesario este encuentro entre las dos culturas, «porque es evidente que las relaciones entre ellas no acaban de funcionar bien, y hemos de hacer un esfuerzo para perfeccionar esta relación». Aunque en el marco de una cierta y distendida cordialidad que hizo hablar a algún participante de la existencia de un consenso tácito entre los participantes, el filósofo Fernando Savater recogió, en la primera sesión de trabajo de ayer, la preocupación de Pujol, y afirmó que «el hecho de que se celebre esta reunión significa que no todo es tan áureo y que, en efecto, existen problemas importantes que resolver».
Las sesiones de trabajo se celebran en castellano, gesto que Joaquín Ruiz Giménez saludó «como un gesto de reconocimiento hacia una lengua no común, pero si más generalizada,», En aquel idioma hablaron, en primer lugar, Alexandre Cirici Pellicer y Joan Fuster, que introdujeron la primera sesión. Este último mostró reiteradamente su deseo de que «se hable claro, sin amenidades conciliatorias ». En los primeros momentos del coloquio no consiguió ver cumplida esa expectativa, pero luego la discusión se animó. Antonio Tovar recordó pasados intentos de hacer posible la convivencia entre las dos culturas y sugirió el planteamiento de instrumentos eficaces para «sacar el carro del atolladero» de la incomprensión. La escuela y los medios de difusión han de ser los instrumentos que deben usarse para dar lo que luego llamaría Pedro Laín Entralgo «la necesaria vitalidad de una lengua». José Luis Aranguren, Josep María Castellet, Joaquim Molas y Pedro Laín Entralgo mostraron iguales inquietudes.
Una queja generalizada por parte de los intelectuales catalanes que participan en este debate se centra en la manipulación que a lo largo de los años ha sufrido la historia de la cultura de Cataluña. Para superar ese hecho, los investigadores Miquel Batllori y Carmina Virgili sugirieron la posibilidad de fundar una institución, como la creada por el Consejo de Europa después de la última guerra mundial, para revisar todos los errores de carácter histórico, e incluso político, que siguen en los libros de texto.
La historia de las relaciones de Cataluña con España ha sido, vista desde una perspectiva histórica, la de una frustración. La de España con Cataluña ha sido la historia de un fracaso. Esta tesis, sustentada por Ignacio Sotelo, socialista, profesor de la Universidad Libre de Berlín, suscitó una breve polémica con el historiador José Antonio Maravall, quien ve desde una perspectiva histórica paralela una consecuencia distinta, habida cuenta de la vitalidad que mantiene Cataluña.
Fernando Savater fue tajante en una advertencia: cuando las culturas se defienden sólo por su lengua, da la impresión de que «las culturas se encierran sobre sí mismas, tomando un aire como antañón de desvincularse del mundo de fuera. La pureza no tiene otro sentido que el de ser mancillada. Recoser el virgo conduce a la debilitación, al retroceso de la cultura y de la lengua».
María Aurelia Capmany hizo una historia de la afirmación cultural de Cataluña y de la actitud que los intelectuales castellanos tuvieron siempre ante este país.
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