Ejército y policía actúan brutalmente en Polonia
Los primeros muertos. La estrategia de los militares polacos parece imponerse y la resistencia al golpe militar ha quedado reducida a focos aislados, contra los que las fuerzas armadas y policiales actúan brutalmente. Miroslaw Krupinski, vicepresidente de Solidaridad, que se encontraba encerrado en los astilleros de Gdansk, fue detenido ayer.
En el aniversario de la matanza del Báltico, el año 1970, la radio oficial polaca advirtió ayer continuamente contra los intentos de oponerse a las medidas militares y reconoció por primera vez que hay muertos.El primado de la Iglesia católica toma postura de dura condena contra el aterramiento de la población por el poder militar".
Las acciones de protesta convocadas con motivo del undécimo aniversario de los acontecimientos de diciembre no se produjeron ante el temor por las represalias de los militares; que anunciaron ya la celebración de procedimientos sumarísimos contra algunas personas por repartir panfletos. La radio oficial no mencionó las condenas.
En el quinto día después del golpe militar, las informaciones se mantienen confusas. Las únicas fuentes posibles son los testimonios parciales de viajeros que regresan de Polonia y la interpretación de la radio oficial polaca.
Los militares han conseguido quebrar la resistencia, al encerrar a la dirección nacional de Solidaridad, salvo tres miembros, y romper el sistema de comunicaciones del país, donde no se puede telefonear fuera de la ciudad ni moverse, porque no hay gasolina para los vehículos particulares.
La televisión volvió a mostrar la película sobre la rebelión de Hungría el año 1956, una forma de advertir a la población.de lo que podía haber ocurrido o quizá lo que todavía puede ocurrir. La lista de 57 personas internadas en centros especiales, como dice el lenguaje oficial, abarca hasta los hombres más moderados del sindicato independiente Solidaridad como el director del semanario sindical y hombre de confianza del episcopado polaco, Tadeusz Mazowiecki, y otros conocidos intelectuales católicos.
La dureza de los militares na hecho que la Iglesia se replantee su toma de posición del primer día del golpe, cuando la carta del primado, arzobispo Jozef Glemp, fue repetida por la radio oficial para aplacar los ánimos.
El nuevo escrito de Glemp es duro con los militares, reclama la puesta en libertad de los internados y denuncia la impotencia y desesperación del pueblo ante las medidas de violencia militar.
Diálogo Iglesia-partido
El diálogo entre la Iglesia y el partido no está roto y se mantiene a través del secretario de la Conferencia Episcopal, Bronislaw Dabrowski, y el miembro del Politburó del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista), Kazimierz Barcikowski. Un viejo intelectual católico, el profesor de Derecho Penal Stanislaw Stomina, está encargado de una comisión para ayudar a las familias de los internados. El período de internamiento puede ir para largo, porque ayer la radio anunció que se estudian las medidas financieras de ayuda a los familiares.
Los países aliados de Polonia han incrementado su ayuda en estos momentos para tratar de que el Gobierno militar pueda apuntarse algunos triunfos ante la población, lo que será muy dificil. Anoche, en Polonia, la temperatura descendió por tercer día consecutivo a diecisiete grados bajo cero, y las reservas de carbón disminuyen de forma dramática. Esto podría provocar en los próximos días un caos todavía mayor en la situación del país.
Los mineros de Silesia no estarán muy dispuestos a trabajar tras las muertes violentas. La televisión mostró ayer imágenes del presidente de Solidaridad, Lech Walesa en negociaciones con las autoridades, que hasta ahora sólo consiguieron el apoyo de tres dirigentes regionales del sindicato.
"Petición de ayuda"
Cada vez se extiende más la interpretación de que el golpe militar se produjo en un intento de anticiparse a una petición de ayuda a los soviéticos; por parte de los duros del partido también se habla de que el comandante en jefe de las fuerzas del Pacto de Varsovia, general Víctor Kulikov, colocó a los militares polacos ante la alternativa:"O vosotros o nosotros".
Para la URSS, la intervención del Ejército polaco le evita realizar el trabajo sucio y guarda todavía como última baza la posibilidad de la intervención directa.
En Polonia se han producido ya los primeros muertos, ya hay de nuevo mártires y el Consejo Militar para la Salvación Nacional podrá vencer la resistencia activa, pero se encontrará frente a la resistencia pasiva de todo un pueblo.
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