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Los precios agrarios deberán crecer un 15,6% en 1982 para mantener el nivel adquisitivo del sector

Joaquín Estefanía

Conseguir que la agricultura no pierda peso en relación al resto de los sectores productivos, en 1982, es el objetivo primordial de un documento presentado por el ministro de Agricultura y Pesca, Jaime Lamo de Espinosa, en la última Comisión Delegada para Asuntos Económicos y que en estos momentos se encuentra en poder del resto de los ministerios para su estudio. Se trata, en concreto, de que el sector agrario pueda generar el próximo año una renta de 1.063,3 miles de millones de pesetas.

ESTEFANIA MOREIRAEl informe de Lamo de Espinosa, que puede considerarse como una especie de testamento agrario de su autor, ya que parece seguro que el actual titular de Agricultura pase en lo inmediato a otras áreas administrativas o del partido en el Gobierno, Unión de Centro Democrático, parte de la dramática situación del campo español en el año actual y aporta un conjunto de soluciones que pasan, en casi todos los casos, por la vía de las subvenciones a los principales damnificados de la situación, los agricultores y ganaderos.Teniendo en cuenta, pues, esa situación, que se agrava en las regiones en las que predominan los cultivos de secano y la ganadería extensiva, la producción final agraria en 1982, para estabilizarse en su valor de tendencia, habría de crecer en términos reales sobre 1981 el 17,3%, lo que parece poco menos que imposible a la vista de cómo termina el año actual: dificultades en las siembras de otoño, menores producciones de vino y aceite, pérdida de cabaña especialmente en bovino, y descenso de las cubriciones, caída de la retribución de recursos propios (con la imposibilidad de autofinanciación de las empresas agrarias) y espectacular endeudamiento del sector.

El objetivo del informe presentado por el Ministerio de Agricultura a la consideración de la Comisión Delegada es muy definido: alcanzar una renta agraria en 1982 que permita obtener por persona ocupada un crecimiento de renta análogo al incremento medio anual del Indice de Precios al Consumo, lo que se concreta en la cifra global de 1.063,3 miles de millones de pesetas, y reconstruir la retribución de recursos propios, haciendo que ésta mantenga la participación relativa que tenía en 1979, año que el Ministerio considera como normal. Es decir, se trata de equilibrar el nivel adquisitivo per cápita y reconstruir la retribución de recursos propios en el sector.

Según Agricultura, de las magnitudes que conforman la renta agraria se puede actuar sobre los niveles de precios de los productos agrarios; sobre los niveles de precios de los medios de producción (especialmente de aquellos que tienen intervención administrativa, como fertilizantes, gasóleo, energía eléctrica y maquinaria), y sobre las subvenciones. "Evidentemente", dice el documento, "a corto plazo no se puede actuar ni sobre el volumen físico de la producción agraria, que depende fundamentalmente de la evolución climatológica, ni sobre el empleo de inputs, cuya utilización es rígida"

Hipótesis imprescindibles

Para obtener la renta agraria citada de 1.063,3 miles de millones de pesetas se necesitarían unos ingresos monetarios del sector agrario que el Ministerio cifra en 1.867,5 miles de millones, entre el valor de la producción fiscal agraria y las subvenciones que se concedan al sector. Y para ello se aporta un cuadro macroeconómico que en lo esencial se sintetiza en los siguientes puntos:a) Contar con las subvenciones de explotación actualmente presupuestadas (unos 52.400 millones de pesetas). En este caso los precios agrarios deberían incrementarse globalmente en 1982 el 15,6%.

b) Teniendo en cuenta que para 1982 el Gobierno tiene previsto un crecimiento del Indice de Precios al Consumo inferior en dos puntos al de 1981, es decir, sobre el 12,5%, fijar el incremento de los precios agrarios en un 11%. En esta situación las subvenciones de explotación tendrán que elevarse a 125.100 millones de pesetas, de los que 52.400 son los presupuestados y los restantes 72.700 millones de pesetas habría que arbitrarlos.

c) Cualquier hipótesis intermedia que se formule entre incremento de precios y nivel de subvenciones sería en la relación de que cada 15.697 millones de pesetas de subvención equivalen a un punto porcentual de incremento de precios.

Las tres hipótesis anteriores suponen que se cumpla en primer lugar el incremento salarial comprendido en la banda fijada en el Acuerdo Nacional de Empleo; que el crecimiento máximo de precios de los medios de producción sea del 10%, lo que supone la congelación de los niveles de precios de la energía y de los fertilizantes al nivel actual, y que cualquier subida de precios de los medios de producción por encima de los niveles indicados debería subvencionarse adicionalmente.

Lamo de Espinosa termina el informe presentado a la comisión delegada, según ha podido saber EL PAIS en fuentes próximas a la misma, explicando que la subida de precios agrarios para 1982 propuesta, esto es, del 15,6%, puede parecer incoherente con el objetivo de freno a la inflación. "Ello significa actuar en sentido contrario, por razones de solidaridad, a lo ocurrido desde mediados de 1979 a mediados de 1981, período en el cual los precios de los productos agrarios han crecido a tasas notablemente inferiores a los de los bienes y servicios no agrarios; de hecho durante los últimos meses del presente año, las fuerzas del mercado están ya actuando en el sentido propuesto".

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