Haig explica las prioridades en política exterior de Estados Unidos
, El secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, hizo ayer ante la Cámara de Representantes una larga exposición de las grandes líneas de la política exterior de la Administración Reagan, en la que destaca la afirmación de que Washington estará dispuesto en primavera a entablar negociaciones con Moscú sobre reducción de armamentos estratégicos. Sin embargo, anticipó que las próximas conversaciones entre las dos superpotencias sobre la limitación de euromisiles serán "muy difíciles".Según Haig, Estados Unidos desea desarrollar relaciones constructivas con Moscú, pero fundadas en la moderación y la reciprocidad.
En Centroamérica, la posición estadounidense es impedir a toda costa la propagación de la "enfermedad del marxismo-leninismo". Washington se opone firmemente al "totalitarismo creciente" de Nicaragua y de Cuba, y se niega a rechazar formalmente la idea de un bloqueo o una intervención armada en Nicaragua. A la pregunta del representante demócrata Gerry Studds sobre si "el Gobierno de Estados Unidos no está alentando la desestabilización o el derrocamiento del Gobierno nicaragüense", Haig respondió lacónicamente: "Yo no daría esa seguridad".
Cobijarse de las bombas
Según informa la agencia Efe, el presidente del subcomité de Asuntos Interamericanos, Michael Barnes, dijo entonces que si él fuera nicaragüense andaría ya buscando un techo donde cobijarse de las bombas.
Sobre Oriente Próximo, el Gobierno norteamericano considera que la posición de los países europeos ha sido en conjunto constructiva, pero subsisten algunas divergencias sobre los acuerdos de Camp David. El presidente Reagan está resuelto a proseguir el proceso iniciado en Camp David frente al plan de paz de los saudíes, que en opinión de Washington incluye algunos aspectos "totalmente inaceptables", particularmente la petición de un Estado palestino con capital en Jerusalén.
Un objetivo prioritario de la política exterior norteamericana es el cese de hostilidades en el Sahara entre las fuerzas marroquíes y las del Polisario. El Gobierno de Estados Unidos está preocupado por la introducción en este escenario bélico de armas ultramodernas y mantiene su decisión de apoyar a Rabat.
La situación de Chad y la intervención libia ha sido objeto de conversaciones entre Washington y París. En principio, EE UU apoya la fuerza interafricana de paz, pero no ha decidio si sostendrá a este contingente. Washington normalizará sus relaciones con el Gobierno de Yamena cuando éste deje de ser un "fantoche de los libios".
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