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Moscú responsabiliza a los comunistas polacos del interés general de la Europa del este

, El embajador soviético en Polonia, Boris Aristov, responsabilizó el pasado viernes a los comunistas polacos de los intereses globales de la comunidad socialista frente a la crisis de su país, en el discurso que pronunció en la conmemoración del 64º aniversario de la Revolución Rusa en la capital polaca y a la que asistió el primer ministro polaco, general Wojciech Jaruzelski.Por otra parte, ayer se anunció en Roma que el Papa aceptó la invitación de los obispos polacos para visitar Polonia en agosto de 1982. El primado Jozef Glemp, que se encuentra en Roma al frente del consejo episcopal permanente de su país, reiteró a Juan Pablo II la invitación, que fue aceptada por éste con motivo del 600º aniversario de la Virgen de Czestochowa, patrona de Polonia.

En su discurso, Aristov subrayó que la URSS sigue con "comprensión e inquietud" los acontecimientos polacos. Esa inquietud, según el embajador, proviene de los intentos de los enemigos de Polonia de aprovechar sus dificultades para atacar al socialismo y al Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP, comunista).

El diplomático soviético presentó incluso la queja de que la URSS envió este año a Polonia 30.000 toneladas de carne, a pesar de sus propios problemas y mientras los polacos incumplían sus obligaciones comerciales.

La contestación correspondió al ministro de Exteriores polaco, Jozef Czyrek, a la vez secretario y miembro del Buró Político del POUP, quien resaltó que "Polonia es socialista, será socialista y eslabón permanente en la comunidad socialista". Esta misma semana Czyrek se entrevistó en Moscú con su homólogo soviético, Andrei Grorniko.

Por otra parte, la situación laboral parece caminar hacia su normalización tras el comunicado del presidium de Solidaridad, el viernes, que, contrariamente a los argumentos combativos expresados por la comisión nacional esta misma semana, pidió a los militantes que respeten escrupulosamente la "tregua" de tres meses pactada con el Gobierno.

La situación, sin embargo, empeora en algunos centros penitenciarios. El viernes, en el de Kaminsk, cerca de Olsztyn, dos reclusos fueron asesinados por compañeros de presidio en pleno motín, sofocado por la policía.

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