La reunión plenaria del Partido Comunista polaco se inició en medio de rumores de invasión y golpe de Estado
Una marea de rumores en Occidente sobre una supuesta invasión soviética, mientras que en Polonia reinaba la calma más absoluta, acompañó ayer la apertura del 4º pleno del 9º comité central del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP, comunista). En la reunión, que se celebra en Varsovia, se debatirán las resoluciones del reciente congreso del sindicato Solidaridad.
Una vez más, vuelven a enfrentarse los sectores duros y los partidarios del diálogo social, y el primer secretario del partido, Stanislaw Kania, preconizó en su discurso inaugural la "reconducción" del proceso polaco.Después del sobresalto que recorrió los mercados financieros occidentales, donde circuló la noticia de que tropas soviéticas habían iniciado la invasión simultáneamente con un "golpe de Estado militar" en Varsovia y la dimisión de Kania, la agencia oficial polaca Pap difundió un comunicado calificando tales rumores como "carentes de todo fundamento".
En la capital polaca se supone que los rumores pueden haber nacido de la reciente decisión del Consejo de Ministros, que preside el general Wojciech Jaruzelski, de prorrogar en dos meses el servicio militar de los jóvenes que debían licenciarse en pocas semanas, "dada la complicada situación interna y la degradación económica del país".
En el intervalo entre las dos fases del congreso de Solidaridad, a finales de septiembre, miles de soldados fueron llamados para trabajar en las minas y se anunció que los nuevos reclutas les ayudarían en las tareas e incluso el Gobierno se declaró dispuesto a llamar a los reservistas. La extracción carbonífera es la principal fuente de riqueza polaca y ayer Solidaridad ordenó a los mineros que redujesen aún más las extracciones en la alta Silesia si no se aceptan determinadas reivindicaciones.
La serenidad del desmentido polaco acerca de los rumores contrasta con las declaraciones extraoficiales de Moscú que emplean el término "desprecio" al referirse a los citados rumores de invasión que atribuyen "a determinados círculos de oscuros intereses".
200 asistentes
En la sede del comité central del POUP, en Varsovia, se reunieron ayer sus doscientos miembros para discutir la estrategia a seguir a raíz de las conclusiones del congreso de Solidaridad.
Duros y liberales vuelven a enfrentarse. Los primeros, partidarios de una línea de firmeza frente al sindicato libre, con la exigencia de la dimisión de la actual dirección del partido. Los segundos, con ciertos matices, a favor de una completa aplicación de la "renovación socialista" aprobada en el pasado 9º Congreso del POUP, en julio, planteando incluso la posibilidad de crear una coalición nacional con sindicalistas y representantes de la Iglesia.
Pero todos ellos coinciden en una cosa: Solidaridad es una fuerza de "oposición", y en base a esto cada cual pretende actuar conforme a su inclinación ideólogica.
De todas formas la confrontación está abierta y el partido, globalmente, quiere actuar en consonancia. Así, la flamante miembro del Buró Político del POUP, Zofia Grzyb, anunció que había abandonado Solidaridad, sindicato al que pertenecía hace poco y único representante de la organización de Walesa en la más alta estancia comunista polaca. Asimismo, el partido en Gdansk, en manos de liberales, decidió expulsar a Bogdan Lis, miembro de su presidencia (KKP) hasta el congreso de Solidaridad, y único representante hasta entonces del POUP en la dirección sindical independiente.
Se da como seguro que el balance de la reunión será "firmeza" de acuerdo con la "normalización especial" que pretenden introducir paulatinamente los dirigentes de Varsovia tras la cumbre de Crimea con Breznev, en agosto, y la última carta-advertencia del Kremlin en septiembre pasado, con posibilidades de cambios en la cúspide del poder.
En tal sentido, el propio Kanla ha marcado la pauta en su discurso de apertura de ayer, en el que acusó a las "fuerzas antisocialistas" de ser las causantes de la catástrofe del país, "desorientar a la población e impedir un reagrupamiento de las fuerzas sociales alrededor del POUP para superar la crisis". Asimismo, afirmó que el partido es objeto de provocaciones, como lo demuestran los conflictos que estallaron en vísperas del pleno, y acusó al sindicato Solidaridad de aprovecharse de estos conflictos para tomar el poder".
Por todo ello, Kanla preconizó "un cambio.en el curso de los acontecimientos", dirigido, por supuesto, por el partido.
El término, ideológicamente ambiguo, de "renovación con orden", aprobado como línea maestra del POUP en su 9' Congreso, sirve para que las diversas tendencias traten de aplicarlo a su modo.
Las reuniones regionales previas al 4º pleno fueron intensas y desde Varsovia partió la llamada a los duros para que traten de recuperar su disminuido poder en el comité central y aplicar una política "más de orden que de renovación". A la inversa, en Torún el partido volvió a incidir sobre la necesidad de "estructuras horizontales" y democratización interna, solicitando "más renovación que orden".
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