Las Jornadas de Teatro de Almagro replantean la vigencia de la obra de Calderón de la Barca
Se han celebrado en Almagro (Ciudad Real) las IV Jornadas de Teatro Clásico Español" que se han centrado en la discusión sobre aspectos del montaje de tres obras de Calderón de la Barca. Aparte de las polémicas acerca de estos espectáculos, los asistentes han discutido sobre temas más generales, como el papel del autor y el de los personajes en el teatro clásico y sobre la virtualidad de éste en la actualidad.
Rafael Pérez Sierra, director de las jornadas, propuso que el festival y las jornadas del próximo año estén dedicados a Tirso de Molina, cuyo centenario, parece ser, se celebra el año próximo, si bien este dato no puede precisarse exactamente. Algunos de los asistentes plantearon como alternativa la posibilidad de que las jornadas abordaran temas más concretos, tales como la construcción del personaje en el teatro clásico o el verso y de que el método de trabajo fuera la creación de equipos o talleres más reducidos que analizaran estos temas parciales, para realizar luego una confrontación sobre los mismos.En último extremo, la conclusión de estas IV Jornadas podría resumirse en dos conceptos: de un lado, el reconocimiento de que el discurso clásico tiene vigencia y debe dársele continuidad en nuestra escena, y de otro, la discusión sobre cómo aplicar a la práctica teatral concreta las polémicas desarrolladas en estas jornadas.
En la sesión del día anterior intervinieron Lluis Pasqual, director de La hija del aire; Francisco Ruiz Ramón, adaptador de a obra, José Luis López Aranguren, Eduardo Haro Tecglen, crítico teatral de EL PAÍS, y Francisco Rico, catedrático de Literatura.
El director justificó su puesta en escena de la obra y se refirió al sentido de la convención y a la ejemplaridad del teatro barroco. Aludió después a algunas dificultades del montaje, que tuvo lugar no en el Corral de Comedias, sino en la iglesia de San Agustín (que ya no se utiliza para el culto), y explicó el enfoque dado a otras cuestiones en la obra, tales como música, luces, vestuario, espacio escénico y tratamiento del verso calderoniano.
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