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Concluyeron ayer las huelgas de hambre en Irlanda del Norte

Andrés Ortega

Tras siete meses y diez muertos, las huelgas de hambre de los presos republicanos para conseguir un estatuto terminaron ayer en la cárcel de Maze, en Irlanda del Norte. La razón inmediata: los familiares de los presos no querían dejar morir ya a sus hijos. La razón profunda: el Gobierno británico no estaba dispuesto a ceder y el movimiento republicano consideraba ya inútil la pérdida de más vidas.

Estas huelgas de hambre comenzaron el pasado 1 de marzo, cuando Bobby Sands comenzó su ayuno para conseguir cinco reformas en el sistema penitenciario. En abril, Sands era elegido diputado británico por el distrito de Fermanagh y South Tyrone. Las huelgas de hambre -escalonadas para hacer presión, mediante la estrategia de la tensión, sobre la oficina de Irlanda del Norte- lograban una resonante victoria propagandística en el Ulster y en el extranjero. En Londres no, debido a la actitud del Gobierno, a pesar de la intervención del Vaticano, la Cruz Roja y la Comisión Europea de Derechos Humanos.Tras 66 días de ayuno, Sands murió el 6 de mayo. Otros nueve presos le siguieron a la tumba, entre ellos el diputado del Eire Kieran Doherty. El último en morir -el pasado 20 de agosto- fue Michael Devine. La primera fisura se abrió cuando, el 31 de julío, la madre del huelguista Patrick Quin, ya inconsciente, ordenó la intervención médica para salvar la vida de su hijo. Otras tres familias hicieron lo mismo con sus hijos y los dos huelguistas que fueron salvados el último fin de semana no fueron reemplazados.

Las familias de cinco de los seis huelguistas que hasta ayer seguían en huelga de hambre dejaron claras estas mismas intenciones. Por ello, y por presiones republicanas, los seis presos abandonaron ayer "a regañadientes" su larga protesta.

Los presos no han logrado que se acceda a sus demandas, que de hecho significaban un estatuto político. ¿Quién ha sido derrotado? Las huelgas han tenido un claro efecto: han conseguido ahora que se vuelva a discutir con seriedad en Londres el problema norirlandés.

El Ejército Republicano Irlandés (IRA provisional) ha vuelto a ver crecer su reputación en medios republicanos, logrando que se les considere seriamente como los herederos de los hombres que se levantaron en 1916, y el reclutamiento de voluntarios ha aumentado, en una de las épocas de mayor tensión de la reciente historia del Ulster, historia que ahora cuenta, para muchos católicos, con diez héroes más.

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