El "Lope de Vega" aterrizó con 45 minutos de retraso
A las 8.30 horas de ayer, con 45 minutos de retraso sobre el horario previsto, aterrizó en el aeropuerto de Barajas, de Madrid, el jumbo Lope de Vega, procedente de Nueva York, que transportaba el Guernica, junto a los 63 bocetos que lo acompañan, y en el que viajaban también el ministro de Cultura, Iñigo Cavero, el director general del Patrimonio, Javier Tusell, y sus inmediatos colaboradores en esta última fase del rescate del famoso cuadro de Picasso.El comité de recepción, formado por varias personalidades del mundo del arte o vinculadas a la historia de la recuperación del Guernica, entre ellos Justino Azcárate, Rafael Quintanilla, Joaquín Tena, José María Pita Andrade o Eusebio Sempere, y por un numeroso grupo de periodistas de los diferentes medios, fue conducido hasta la terminal de carga doride se detuvo el jumbo.
El autobús llegó al pie del avíón en el momento en que Iñigo Cayro y Javier Tusell bajaban por las escalerillas, y cuando se aproximaban los primeros dispositivos de seguridad formados por miembros de la Guardia Civil. Mientras se esperaba que se llevara a cabo la operacíón de descarga de las cajas en las que, cuidadosamente embalado, venía el Guernica, se entabló una conferencia de Prensa informal.
«Es el último exiliado que regresa hoy a España», proclamó Iñigo Cavero nada más tocar tierra, tefiriéndose a la llegada del valioso cuadro cargado de historia y de símbolos. «Conseguir que el Guernica volviera fue uno de los objetivos fundamentales que me planteé cuando me hice cargo de la cartera de Cultura. Hoy puedo expresar mi satisfacción política y artística por haberlo logrado».
Haciendo balance de las principales dificultades que han entorpecido las negociaciones para el retorno del cuadro, Iñigo Cavero destacó la necesidact de «acreditar su titularidad jurídica, lo cual ha exigido una cobertura documental que hemos podido reunir gracias a la adquisición de los archivos del embajador de la República en París, Araquistain, y a los documentos proporcionados por el propio abogado y albacea de Picasso».
Las primeras bienvenidas
Una salva de aplausos saludó la aparición de la caja de madera que encerraba el Guernica cuando surgió del vientre del avión en la plataforma elevadora, desde donde penetró directamente en el camión de mudanzas que la iba a conducir hasta el centro de Madrid, al Casón del Buen Retiro.
Visiblemente emocionado, el senador Justino Azcárate, la primera personalidad política que planteó formalmente la reclamación del Guernica, señaló: «Cuando pedía que el Guernica viniera a España sabía que llegaría este momento, y que yo estaría aquí para verlo».
El director del Museo del Prado, José María Pita Andrade, recibió la llegada del cuadro como «una grave responsabilidad, pero, sobre todo, como un acontecimiento trascendental que augura los mejores auspicios para el porvenir del museo, que con esta importantísima incorporación consagra su apertura a nuevos criterios».
«Ha sido un acierto elegir el Casón del Buen Retiro para ubicar el Guernica, pues ello consolida la política de ampliación a base de nuevos edificios, superando las lógicas limitaciones de espacio del de Villanueva. Pienso cómo convivirán las pinturas de Lucas Jordán con la de Picasso, y creo que se producirá entre ellas, si no una simbiosis, sí un feliz maridaje». .
Por su parte, el escultor Eusebio Sempere, director del Patronato del Museo de Arte Contemporáneo, recientemente constituido, reflexionaba sobre el poder del arte sobre la historia y la forma en que éste es manipulado en el transcurrir del tiempo. «Picasso ya sabia que iba a ocurrir esto. Era un genio y un presuntuoso, y cuando pintó el Guernica sabía que era un buen cuadro, y que sería convertido en el principal protagonista de su leyenda».
Babelia
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