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El Ministerio de Agricultura y Alimentación puede equilibrar los intereses entre productores y consumidores

En la referencia del Consejo de Ministros del pasado 20 de agosto, el secretario de Estado para la Información, Ignacio Aguirre, puso de manifiesto la promesa del Gobierno según la cual antes del 31 de diciembre estaría funcionando el Ministerio de Agricultura y Alimentación. A cambio de esta promesa a largo plazo, que era una vieja reivindicación del Ministerio de Agricultura, el Gobierno creó una nueva Secretaría de Estado: la del Consumo, y nombró secretario al antiguo ministro de Agricultura, José Enrique Martínez Genique. Esta Secretaría nació con la oposición de varios miembros del Gobierno y con la del partido de la oposición, que inmediatamente la desautorizó. Sin embargo, el Ministerio de Agricultura y Alimentación no es ningún invento nuevo, ya que este mismo organismo existe en casi todos los países del Mercado Común.

La inclusión del término «Alimentación» dentro del Ministerio de Agricultura tiene como sentido hacer que la ordenación industrial y la comercialización de los productos agrarios caigan en una sola mano, con el fin de no diseminar más las competencias de lo que ya están entre los distintos Ministerios de Comercio e Industria. Al concentrar en un mismo ministerio todas las acciones de la Administración encaminadas a la producción y comercialización de alimentos se simplificarían los canales de distribución y se evitaría la superposición de actuaciones y la dispersión de los esfuerzos. Por ejemplo, en la comercialización de una lata de aceitunas intervienen los Ministerios de Agricultura, Sanidad, Comercio e Industria.

Esto permitiría conseguir el debido equilibrio entre los intereses -la mayoría de las veces contrapuestos- entre los productores y los consumidores, equilibrio que se ve además afectado por la proliferación de intermediarios y por la escasa transparencia de los mercados, como ha quedado patente en este momento con la distribución y comercialización del aceite de colza desnaturalizado, donde los cuatro ministerios del equipo económico del Gobierno están de alguna manera implicados.

El Ministerio de Agricultura aduce que «al responsabilizarse este Ministerio del destino final de los productos alimenticios cabría dar una consideración unitaria al tema de la cesta de la compra, con lo que, según este Ministerio, se ayudaría al nivel de vida de los españoles y al poder adquisitivo de los salarios».

Igualmente pide que se cree una Secretaría de Estado de Alimentación, con lo que se suprimirían o se absorberían otros órganos y competencias que en este momento corresponden al Ministerio de Economía y Comercio, como sería el caso de la Comisaría de Abastecimientos y Transportes (CAT), organismo del que repetidas veces se ha anunciado su desaparición, sin que hasta el momento se haya hecho realidad.

Por último, a este Ministerio de Agricultura y Alimentación se transferirían también las actuales funciones que en materia alimenticia ejerce el Ministerio de Industria a través de la Dirección General de Industrias Agrarias.

Seguir el ejemplo europeo

Si se estudia con detenimiento la organización ministerial de los países miembros del Mercado Común, se puede ver que tanto en la República Federal de Alemania como en el Reino Unido, Francia o Italia el Ministerio de Industria o su equivalente se limita a las actividades meramente industriales, no transformadoras de productos agrarios -principalmente, la energía-, mientras que el Ministerio de Comercio centra sus actividades en el comercio exterior. También en la FAO se repite este mismo modelo al encuadrar en un mismo organismo la agricultura, la alimentación y la pesca.

Inglaterra fue el primer país que dio un marco legal a la vigilancia de los productos alimentarlos, todo lo relacionado con el control de calidad, composición, higiene de los alimentos, está regulado por la Food and Drug Act de 1955. Los órganos de Gobierno competentes en esta materia son tres: el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación es responsable de la composición, niveles de calidad, etiquetado y empaquetado de los productos alimenticios, y dispone para ello de un cuerpo de veterinarios y técnicos inspectores. El Ministerio de Sanidad y Seguridad Social es competente en todo lo referente a la higiene, y el de Comercio vigila, junto con Aduanas, la calidad comercial de las importaciones. En cuanto al control de la ejecución correcta de la propia acta son las corporaciones locales las encargadas de ejercerlo.

En Estados Unidos el control y calidad de los alimentos se encuadra dentro del Departamento de Agricultura y la competencia directa corresponde al Food Safety and Quality Service (FSQS), que fue establecido el 14 de marzo de 1977. Este organismo controla todo el proceso de comercialización, a petición de los industriales puede dar certificados de salubridad y establecer niveles de calidad de productos comestibles. También se ocupa de comprar en el mercado excedentes alimentarlos cuando el caso lo requiere, y es el encargado de sancionar o perseguir por vía criminal las infracciones que se den. En la actualidad el FSQS está en proceso de cambio, pasará a convertirse en el Food Safety and Inspection Service (FSIS), competente en salubridad y control del etiquetado, mientras que lo referente a niveles de calidad y programas alimentarios será competencia del Agricultural Marketing Service y los dos organismos se encuadrarían en el Dvlarketing and Inspection Services (MIS).

En Francia las inspecciones y controles de calidad las realiza la Dirección de la Calidad del Ministerio de Agricultura, a través de cuatro servicios: de sanidad animal, de protección de vegetales, de represión de fraudes y control de calidad, y el veterinario de higiene alimentaria. El tercer servicio controla los productos vegetales, lácteos y huevos, las denominaciones de origen, la publicidad, la higiene y tecnología de los fabricantes, los carburantes y productos derivados, y las carnes en el escalón detallista-consumidor. Por su parte, el cuarto servicio vigila los productos animales y derivados, incluida la pesca, desde el primer agente comercial hasta el detallista.

Desde el 1 de enero de 1975 está en vigor en Alemania una ley marco sobre circulación de alimentos, productos de tabaco, cosméticos y otros artículos de consumo. El Ministerio de Sanidad es el responsable de evitar que los alimentos puedan dañar a la salud, y, de acuerdo con el de Alimentación, Agricultura y Bosques, fija los niveles máximos de residuos químicos, de plaguicidas, conservadores, abonos, etcétera, que pueden aparecer en los alimentos, debiendo reflejarse este dato en las etiquetas. El Ministerio de Economía regula con los anteriores los aditivos y la defensa del consumidor contra el fraude, y Sanidad, Justicia, Agricultura y Economía elaboran y dictan las normas que constituyen el Código Alimentarlo. La vigilancia del comercio exterior corre a cargo de Hacienda, y, por su parte, los distintos Estados federales son competentes en el control, vigilancia y circulación de los alimentos que realizan mediante centros técnico-administrativos especializados. Las infracciones a la ley marco se consideran delito penal y las condenas pueden llegar a los cinco años de cárcel.

En Italia son tres los ministerios que se ocupan de la vigilancia y control de la calidad de los alimentos de forma descentralizada con competencia de las distintas regiones. El Ministerio de Sanidad controla la calidad en la producción y comercio de las sustancias alimentarias y las bebidas, que realiza a través de una dirección general y de órganos regionales tales como laboratorios provinciales, institutos zooprofilácticos, inspectores sanitarios, veterinarios municipales, etcétera. El Ministerio de Agricultura y Bosques es competente en la vigilancia de la producción y el comercio de productos agrarios y sustancias de uso agrario mediante el servicio de fraudes, y el Ministerio de Hacienda tiene el control sanitario de la producción e importación de productos sometidos a imposición especial.

En Bélgica el Ministerio de Sanidad Pública tiene competencia en la inspección y control de calidad de los alimentos desde el punto de vista de la protección de la salud; el Ministerio de Agricultura controla los productos lácteos y los contaminantes por residuos de pesticidas, y el Ministerio de Asuntos Económicos vigila lo relacionado con etiquetado y publicidad de alimentos.

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