Se confirman las posibilidades antitóxicas del polivinil pirrolidona
Después de tres días de tratamiento con poliivinil pirrolidona (PVP), diez niños enfermos de neumonía tóxica, interna(los en el Hospital del Niño Jesús, de Madrid, han expermentado una remisión de los sintonías. Una mujer de 45 años, ingresada en la UVI del Gran Hospital desde el 28 de agosto, ha superado la insuficiencia respiratoria aguda inicial tras cinco días de suministro de PVP. Otras tres enfermas graves de intoxicación, menores de veintitrés años, actualmente en la UVI de La Paz, comenzaron ayer a ser tratadas con esta sustancia, «que supone una esperanza», según el doctor Nieto, iniciador de su aplicación.
La plivinilpirrolidona, sustancia que lleva más de veinte años utilizándose en el mundo, sin dejar de fabricarse, se aplica en el recubrimiento de comprimidos, en los medios de contraste radiográficos, en los preparados oculares y también va asociada a los antibióticos, las enzimas, la sacarina líquida y los complejos vitamínicos y hormonales.Pero la PVP, según las fuentes médicas consultadas, puede ser capaz de fijar, por adsorción, y eliminar, sustancias tóxicas de alto peso molecular y colorantes. Combate además la intoxicación por amanitas (hongos venenosos), botulismo (ocasionado por conservas en mal estado), veneno de serpientes y barbitúricos. También se ha utilizado en embarazadas con eclampsia (cuadro convulsivo) y ha evitado intervenciones quirúrgicas obstétricas.
Teniendo en cuenta estas posibilidades, la PVP comenzó a ser experimentada el pasado mes de agosto en los niños enfermos de intoxicación por aceite adulterado internos en el hospital madrileño del Niño Jesús -donde se descubrió la naturaleza del envenenamiento masivo-. El doctor José Antonio Nieto Cuartero, jefe adjunto de endrocinología de dícho centro, inició las pruebas en diez niños afectados, a quienes, durante tres días, les fue aplicado, por vía intravenosa, el compuesto del PVP toxobin.
El doctor Nieto sostiene -en base a la experiencia internacional anterior con el medicamento que maneja- que este compuesto «es menos dañino que la aspirina» a las dosis prescritas por los médicos, pues no provoca efectos secundarios ni reacciones alérgicas en los pacientes. «Cuando se trata de salvar la vida a una persona, ninguna vía de investigación puede ser desechable», añade Niego, quien resalta «el entusiasmo y la colaboración del doctor Angel Crespo Santillana -director del hospital- y del resto de los médicos y personal sanitario del centro, que siguen luchando sin recibir ni una peseta de ayuda».
Otra queja detectada por este periódico, tanto en el Hospital del Niño Jesús como en el Gran Hospital de Madrid y en la residencia sanitaria La Paz, es la ausencia de comprobación «en vivo» de la asistencia y la evolución clínica de los enfermos por parte de las autoridades sanitarias españolas y de los expertos de organismos internacionales que han visitado el país.
A propósito de la eficacia del toxobin contra el envenenamiento producido por el aceite adulterado, el doctor Nieto ha confirmado a EL PAIS que «aún es pronto para saber si combate totalmente la suma de grasa animal, aceite de colza, anilinas y oleoanilidas, que, reaccionando con los tejidos del organismo, ha producido este síndrome tóxico, pero», añade, «sí constituye una esperanza para todos».
Al parecer, el doctor Grande Covián, experto mundial en grasas, miembro de la FAO, ha ofrecido su colaboración en la investigación actual en el Hospital del Niño Jesús, a la que, en un principio, no se ha opuesto el Instituto Nacional de Toxicología.
Un tratamiento para 44 enfermos
Diez niños, cuyas edades oscilan entre los dos y los trece años, empezaron a ser tratados con toxobin el pasado mes de agosto. Con anterioridad habían estado sometidos a una terapia con corticoides y con vitamina E. La corticoterapla fue reducida progresivamente, y ahora, después de tres dosis diarias de toxobin, los niños han cumplido los once días sin tratamiento alguno, tan sólo mantienen una cuidada dieta alimenticia, baja en sal y en grasa. Dolores de cabeza, agotamiento general, calambres musculares, inapetencia y dificultad de conciliar el sueño eran los síntomas comunes a los niños ingresados, en su mayoría, a primeros de mayo, y reingresados tras la agudización de dichos síntomas, que han remitido notablemente. Francisco, Angeles, Silvia, Alejandra y los demás pueden correr al sol, leer sin cansarse y mover las manos recortando o vistiendo muñecos, cosa que antes no podían hacer. Tampoco tienen manchas en la piel y le piden al doctor que les dé pronto el alta, que quieren ir al cole.
El padre de Francisco, también enfermo -«que no podía vivir sin calmantes»-, ya no los usa, y llevados dosis de PVP. Otros treinta niños ingresados en el Niño Jesús serán tratados de inmediato con esta sustancia.
Pero también los enfermos adultos están recibiendo dosificación de toxobin, del que sólo se disponen cien muestras, por lo que se les apllca una diaria, como a los niños. No obstante, se han detectado indicios de recuperación. Una mujer de 45 años fue ingresada el pasado 14 de mano en el Gran Hospital, de Madrid a cuya UVI pasó el 28 de agosto con diagnóstico de «insuficiencia ventilatoria aguda por afectación neuromuscular», y dificultad de movimiento y de lenguaje. Los síntomas han remitido tras cinco días de tratamiento con la PVP. por inicíativa de la doctora Nieves Carrasco, y sólo necesita una intubación de diez minutos por hora.
Otras tres enfermas graves de intoxicación, de quince, dieciséis y veintidós años, actlialmente en la UVI de la residencia sanitaria de La Paz, comenzaron ayer a ser tratadas por el equipo del doctor Cambronero con el compuesto toxobin.
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