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Un cuadro del museo de la catedral de Avila es una copia de otro pérdido de Leonardo da Vinci

El cuadro Ecce Homo, de Fernando de Llanos, que se encuentra en el museo de la catedral de Avila, es una copia de la desaparecida obra de su maestro, Leonardo da Vinci, según afirma Juan Adriaensis en Diart, revista española de artes visuales. La obra de Fernando de Llanos coincide con otro cuadro de Andrea Solarío, que actualmente se encuentra en la colección Grassetti, de Milán. Solario también fue discípulo de Leonardo da Vinci. Parte de la obra de este último desapareció, entre ellas el Ecce Homo, del que ahora tenemos conocimiento a través de estas dos obras de sus discípulos.

En este cuadro la figura central es el Cristo de la Pasión. Los verdugos que aparecen en las copias corresponden a diferentes estudios de Leonardo y no se puede afirmar por cuál se decidió el maestro. En la citada revista se dice textualmente que «la figura del Ecce Homo de Solario y la del de Avila son idénticas», por lo que concluye que «al no haber sido evidentemente estos dos cuadros realizados por la misma mano tienen ambos que referirse a un mismo original». El cuadro del museo catedralicio de Avila se encuentra actualmente expuesto en estas dependencias. Su estado de conservación es malo y ha sufrido diversos desperfectos. La obra está agrietada y deja ver el yeso blanco de la preparación en algunos puntos, además de estar cubierto por el barniz rancio que apaga su verdadero colorido.

En los círculos artísticos de Av¡la, y sobre todo entre las personas encargadas de la conservación del museo de la catedral, esta noticia no ha sorprendido. Juan Adriaensis, uno de los mayores especialistas en pintura del Renacimiento, había visitado en numerosas ocasiones el primer templo abulense y había dialogado con los religiosos encargados de su cuidado y conservación. Según ha informado a este periódico Félix de las Heras, canónigo de la catedral, él mismo, en un libro sobre las obras artísticas del primer templo abulense, ya señalaba la existencia de este cuadro y especificaba la relación de su autor con el pintor italiano. También Andrés Sánchez, canónigo archiver,o, señalaba recientemente que «esta pintura es la que más se parece a la de Andrea Solario ».

Para José Luis Gutiérrez, acadéínico correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Femando, «el trabajo del cuadro es muy bueno. El análisis estilístico demuestra palpablemente que estamos ante una obra situada en la órbita de lo leonardesco. Lo más lógico es atribuirla a Femando de Llanos como hace el propio Juan Adriaensis, pero el problpma de la autoría no está resuelto de forma terminante».

En la catedral abulense, además de esta obra se pueden contemplar tablas renacentistas de Berruguete, Borgoña y Santa Cruz, y en el museo, tablas del llamado maestro de Riofrío y la pequeña tablita románica de San Pablo, que en opinión de los expertos son mucho más valiosas que la obra adjudicada a Femando de Llanos.

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